(ProtestanteDigital/InfoCatolica) La Junta de Gobierno de Centro Cristiano de Restauración, que congrega a más de 2.800 personas cada semana, ha anunciado la dimisión del pastor mediante un breve comunicado, sin entrar en mayores detalles. “Tommy Moya notificó a la congregación su renuncia voluntaria debido a su pecado de adulterio, asumiendo la responsabilidad de sus acciones públicamente”, indica el comunicado.
Moya, de 42 años, está casado con Janet Moya y es padre de dos adolescentes. Es autor de los libros “Destinados para las alturas” y “El maravilloso evangelio de la gracia”, y dictaba conferencias a nivel internacional sobre liderazgo, crecimiento en la iglesia, sanidad interior, además de servir como consultor a organizaciones y ministerios.
Al conocerse la noticia, ya se han dado algunas reacciones importantes. ‘Expolit’, la importante feria de libros y música cristiana que comenzaba el pasado jueves en Miami, ha suspendido la relevante actuación que tendría Tommy Moya en el programa, y fue sustituido por Marcos Witt. Se ha dado a conocer también que la editorial Casa Creación ha congelado el lanzamiento del tercer libro de Moya, planificado para darse a conocer en ‘Expolit’.
Ni juzgar ni encubrir
Preguntado por la noticia, Luis Ángel Díaz-Pabón, líder evangélico con gran influencia entre portorriqueños y cristianos de Florida, ha opinado: “No quiero ser cómplice ni verdugo. Me basta con echar un vistazo a la Biblia para saber que los hombres de Dios pueden fallar como cualquier otro. De seguro que el adulterio de David, la negación de Pedro, los conflictos entre Pablo y Pedro, la incredulidad de Tomás y la muerte de los hipócritas Ananías y Safira serían hoy noticias de primera plana capaces de opacar a las de Alberto Cutié, Tommy Moya o la gripe porcina”.
Insiste Díaz-Pabón que prefiere remitirse a las palabras del apóstol Pablo en Gálatas 6.1: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.
En todo caso, opina Díaz.Pabón, “debo dejar claro que la iglesia no debe ser cómplice para encubrir, ni verdugo para destruir. Somos y queremos ser agentes de restauración para todos los seres humanos”.