(María L. Quinn/InfoCatolica) Jorde Morales da cursos de eclesiología, apologética, mariología, etc. dos veces al mes: “En mi área de enseñanza somos pocos, pues la mayoría predica el Kerigma”. Es autor del libro “Si crees, verás la gloria de Dios”, y además locutor de Radio de María, la Voz de la Familia (1600AM) en Guatemala, desde donde concede esta entrevista.
-- ¿Cómo llegó a formar parte de la Renovación Carismática Católica?
A raíz de la muerte de mi hija Lorena [a los 17 años en un accidente de motocicleta], principié a morir de tristeza. En Nueva Orleáns, una señora evangélica, Helga, oró por mí y me sentí recuperado. Ese día le prometí a Jesús integrarme a su Iglesia cuando volviera a Guatemala.
Al regresar, un compañero [...] me llevó al Opus Dei pero no sentí que fuera mi lugar y volví a recaer. Al poco tiempo [enero, 1979], Betty, una vecina, me invitó a ir a su grupo de oración (Sta. María de Lomas del Norte) y fui. Ahí conocí el amor de Dios a través de los hermanos, sus oraciones me fortalecieron y Dios me sanó. Aún pertenezco y asisto a ese grupo.
-- ¿Qué ha aprendido de sus misiones?
En primer lugar, que aunque seamos diferentes en la forma de expresarnos o en el vestuario, nuestra necesidad de Dios, es la medida de la fe. Entre más pobreza, mayor fe en que Dios proveerá. Los indígenas del interior pueden hablar diferente, pero Dios se ha manifestado en ellos igual que en los demás. He aprendido que aún tienen un pensamiento mágico que es necesario cambiar.
-- ¿Qué alegrías y dificultades ha experimentado?
¿Alegrías? El haber sido elegido por Dios para llevar su mensaje, saber que los sacerdotes se interesan por mi enseñanza, gozar al ser recibido en las casas [...] Orar por enfermos que de verdad creen que Dios los puede sanar y comprobar que su fe les hace merecedores de recibir la gracia solicitada.
...Un problema recurrente [es que] me van a esperar a un poblado cercano, pero después de la prédica, ellos continúan con sus festejos y yo tengo que ver cómo hago para salir de las montañas o barrancos [...]. Como esto ocurre de noche, he pasado peligros y una vez estuve perdido casi 6 horas.
-- ¿Por qué decidió escribir su libro de testimonios “Si crees, verás la gloria de Dios”?
En la renovación sabemos que el Testimonio es básico para que la gente crea. Nuestros hermanos evangélicos suelen dar testimonio constante de lo que Dios hace en sus iglesias y en su vida y los católicos no. Eso me hizo ver la necesidad de demostrar que Jesús también actúa en la Iglesia que fundó. El católico es parco en dar testimonio; yo trato de cambiar eso.
He visto algunas veces de manera personal la forma en la que Dios actúa. Por ejemplo, la muerte de Mario Coloma me impactó. Todos en su familia, entre ellos mi hermana y su cuñada, cantaron: “Qué alegría cuando me dijeron….” mientras él partía.
Publiqué el libro con mis propios recursos. Una buena parte de los 2000 ejemplares los doné a mi parroquia en donde los feligreses aportaron algún dinero a cambio del mismo, pues estábamos recaudando fondos para la construcción de un nuevo templo.
-- ¿Hay algún testimonio de fe en ese libro que le ha afectado más en particular?
Toda la obra de Dios es impactante, pero a mí me gusta mucho el de D. Pablo de Jesús Castillo, a quien Nuestro Señor sanó después que oré por él. Estando yo cansado, me apoyé en sus rodillas sin saber que por enfermedad en las piernas lo habían llevado sus familiares. Este señor sanó y repartía su testimonio [escrito a mano] para que sus vecinos fueran a la Comunidad María Reina de la Paz. Me recuerda al leproso que regresa a dar gracias a Jesús.
–Visita a los enfermos de su parroquia como Ministro Extraordinario de la Comunión desde 1992 y también visita hospitales y asilos con su esposa sin llevar la Comunión. ¿Qué ha aprendido de su contacto con los enfermos?
He aprendido que no hay nada como el temor a lo desconocido para que la gente busque a Dios. Muchos lo buscan por miedo a irse al infierno. Yo trato de que busquen a Dios por amor (no por miedo) y he aprendido también que las enfermedades generalmente unen a familias que estaban dispersas o peleadas.
-- ¿Cómo empezó a ser locutor para “Radio de María, la voz de la familia”?
En junio de 1996 me invitaron a una entrevista como miembro de la Renovación. Me gustó el medio, me agradaron los encargados del programa que eran catequistas de una parroquia de la ciudad y les pedí me aceptaran para atender los teléfonos.
Mi oración espontánea les gustó y principié a orar en el micrófono. Poco a poco los cuatro hermanos del Grupo San José fueron teniendo compromisos seculares, hasta que en octubre de ese año me quedé sólo yo con el programa. Transmito a través de la Radio la enseñanza que he preparado durante 8 días.
-- ¿Qué programas tiene en esa emisora?
Transmito uno de enseñanza y apologética en vivo los viernes de 16h a 17 h. Aún lleva el nombre que le dieron los jóvenes del Grupo San José: “Al Encuentro con Nuestra Fe” .
Envío dos programas grabados semanalmente a la Radio. Uno se transmite los viernes de 14h a 15h y se llama “Santos y Marimbas” La idea es dar a conocer la vida de nuestros amados santos y explicar que sólo Dios hace milagros, mientras que los Santos sólo son intercesores.
Otro programa (“Reflexiones Espirituales”) se transmite los sábados de 18 a 19 horas, previo a la transmisión en vivo de una de nuestras Eucaristías más bendecidas y escuchadas, pues es oficiada por el Rvdo. Padre Hugo Estrada, autor de más de 30 libros, con programas de radio y televisión y asesor espiritual de la R.C.C.
-- ¿Qué frutos ha visto de ese apostolado?
Primero, que me siento bien conmigo pues no he guardado los talentos recibidos sino que creo que los he multiplicado. Creo que he crecido espiritualmente pues esa actividad me obliga a una constante lectura de la Biblia y documentos de la Iglesia.
Las personas me oyen y me invitan a sus comunidades o parroquias. Con mis oyentes he generado una extraordinaria amistad. Me invitan a su casa, a sus festejos y por supuesto a compartir los momentos de dolor.
-- ¿Tiene algún recuerdo especial de su tiempo con “Radio de María”?
Una vez una señora me llamó para que orara por ella pues tenía un fuerte dolor de cabeza y estaba desesperada. Fui a nuestro capilla y oré. Cuando inició el programa le dije por el micrófono que repitiera conmigo la oración que yo haría. Lo hizo y como a los 15 minutos llamó para decir que cuando había llamado la primera vez era porque se iba a quitar la vida, pero que Dios la había sanado y que ya estaba bien. Mi hija Tania era quien estaba respondiendo las llamadas esa tarde.
-- ¿Qué le gustaría que recordaran siempre sus hijos y nietos de usted?
Que no importa lo humilde y sencillo que sea nuestro origen. Si nos esforzamos lograremos superarnos, pero esto se logra sólo por medio de una extrema honradez y fe en Dios. Me gustaría mucho que me recordaran orando por ellos, imponiéndoles manos o alabando a Dios. Mis hijos y mis nietos me acompañan muchas veces en mis misiones y saben de mi profunda fe.
-Muchas gracias por todo. Que el Señor siga bendiciendo su generoso servicio a la Iglesia Católica.
Es un gran honor para mí haber despertado su interés en mi servicio, en Radio María la Voz de la Familia y en mi país. También quisiera pedirle a nuestro buen Dios que la guíe, la proteja y la ilumine en su caminar en la Iglesia.