(AsiaNews) En las áreas rurales sudorientales de Jiangxi las autoridades decidieron adoptar una política de tolerancia cero hacia quien quiera hacerse inhumar. Los funcionarios han secuestrado y destruido centenares de ataúdes y han obligado a las personas a abandonar los ritos fúnebres.
Hace 6 mese el gobernador de la región decidió restringir las prácticas de sepultura de los muertos. Los funcionarios fueron a los pueblos de Ganzhou, Jian y Yichun, entraron en las casas de las personas y secuestraron todos los ataúdes que encontraron. Las fotos y los videos testimonian las pilas de cajones amontonados y destruidos por las topadoras. Algunos ancianos han intentado oponerse colocándose dentro de los mismos ataúdes.
En el condado de Yiyang en abril fue exhumado un cuerpo que había sido sepultado contra las políticas de la cremación. Estos hechos han suscitado la indignación de los habitantes locales y de los medios nacionales que definieron las acciones de los funcionarios gubernamentales como «bárbaras e impopulares». Hasta hace algunos años en las zonas rurales la cremación no estaba difundida y las autoridades cerraban un ojo frente a las violaciones de las disposiciones.
El gobierno de Jiangxi quiere que sea obligatoria la cremación como único modo para deshacerse de los restos de las personas con tal de salvar las tierras cultivables.
Para las expropiaciones de los ataúdes las autoridades han ofrecido compensaciones desde 2 mil yuan (290 dólares). Hacerse construir un propio ataúd es muy caro, cerca de 5 mil yuan, la indemnización no conviene para las poblaciones rurales.
Un muchacho del pueblo de Jian narra que el domingo 29 de julio los funcionarios se llevaron los ataúdes de sus abuelos. «Fueron conservados por más de 30 años. Fueron construidos por los carpinteros con la madera de nuestra tierra».
En la China rural existe la tradición de hacerse construir su ataúd a su propia medida. Éstas son conservadas en casa en la esperanza que traigan longevidad y fortuna.
El gobernador provincial Liu Qi comentó: «La intención del gobierno era la de introducir prácticas fúnebres eco -compatibles, pero se salió de madre y provocó resentimiento».
Las agencias chinas refieren que en el año 2014 al menos 6 ancianos de Anqing, en la provincia sudoriental de Anhui, se suicidaron después de haber sabido del plan del gobierno de secuestrar sus cajones.