(InfoCatólica) El periodista ha dado a conocer el texto íntegro de la carta de los seminaristas hondureños que lamentan la complicidad de las autoridades del seminario de Tegucigalpa con las prácticas homosexuales en dicha institución eclesial.
Los denunciantes aseguran:
Estamos viviendo y experimentando un tiempo de tensión en nuestra casa debido a situaciones graves de inmoralidad sobre todo de una homosexualidad activa dentro del seminario y que ha sido un tabú todo este tiempo y por cubrir y penalizar esta situación el problema ha crecido con fuerza, volviéndose como decía un sacerdote hace poco una “epidemia en el seminario” esa situación casi todos conocemos pero pareciera que son situaciones que pasan de largo en la formación y se dejan a que el tiempo las disuelva por sí solo y de esa manera la magnitud del problema va creciendo día con día como la cizaña en medio del trigo.
Y añaden:
Por favor ya no se puede ocultar la realidad de este problema del seminario y necesitamos que ustedes formadores tomen conciencia y lleguen a la solución que la Iglesia propone en estos casos (consultar el derecho canónico y la ratio fundamentalis). Somos conscientes que no es la culpa de formadores sino de un proceso formativo que debe replantearse desde los procesos de discernimiento de candidatos en cada diócesis que debe ser modificado y actualizado a este cambio de época.
Los seminaristas aseguran que otros fueron expulsados del seminario por denunciar este tipo de hechos:
El principal problema que tenemos en el seminario es precisamente el del homosexualismo y por eso nos referimos directamente a él. Esta no es una persecución, o caprichos homofóbicos de ciertos seminaristas machistas como en muchas veces ustedes lo han expresado, tampoco es un llevar y traer chismes o falta de hombría, si no lo hacemos de frente a ustedes es porque la mayoría de las veces que se ha hecho ustedes mismos han expulsado a seminaristas por denunciar este tipo de cosas y esto no pueden negarlo porque conocemos muy bien situaciones similares.
Y advierten que la población es consciente de lo que ocurre en el seminario:
Queridos padres formadores, esta carta no es fruto de un capricho, hemos orado e invocado el auxilio divino en muchas ocasiones para decidirnos a hacer lo posible de hacerla llegar a ustedes después de hablar con muchos fieles santos de las parroquias de la arquidiócesis y en las diócesis sufragáneas de la provincia eclesiástica, incluso siendo víctimas de comentarios despectivos cuando bajamos de los buses del anillo periférico comentan los pasajeros refiriéndose al seminario como la casa de los “maricas” o cosas por el estilo. El pueblo de Dios no es ciego ni tonto, el pueblo de Dios tiene la sabiduría y la intuición del Espíritu del Señor y no se debe ignorar.
Las primeras informaciones de Edward Pentin fueron objeto de una intervención de la Conferencia Episcopal de Honduras negando que existiera en el seminario una cultura de homosexualidad