(Aica) El cardenal cree que la ley es una mala noticia para los casi dos millones de árabes que hay en el país, es decir, el 20% de la población. Tienen miedo de que la nueva norma se concrete en una mayor discriminación de las minorías árabes, algo que en la práctica ocurre en barrios y pueblos en los que los árabes viven segregados y con poca capacidad real de movimiento.
«Esta ley -explicó el Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro a Rome Reports- abolió la declaración de 1948 de independencia del pueblo judío y del Estado judío, que proclamaba la igualdad para todos los que viven en Tierra Santa sin importar raza, religión o sexo. Eso ha sido eliminado».
Muchos judíos y líderes políticos en Israel y fuera de sus fronteras, han condenado esta norma por considerarla racista y discriminatoria. La Unión Europea recuerda que complicará la fórmula de reconocer dos Estados para resolver el conflicto entre Israel y Palestina.
La Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén se ocupa de atender los lugares sagrados y a los cristianos de Tierra Santa. El cardenal Edwin O'Brien dice que se necesita más empleo para que los jóvenes y sus familias puedan vivir en Israel.
«Ahora mismo, es virtualmente imposible que un no judío compre terrenos en Cisjordania. Es imposible vivir y crecer así para la gente joven, y mucho menos formar una familia».
La nueva ley es también considerada una amenaza para la democracia de Israel, pues según el rabino Rick Jacobs, empeorará «el delicado equilibrio entre la mayoría judía y la minoría árabe».