(Aica) Los obispos venezolanos compartieron, en el marco de su 110º Asamblea Plenaria, la exhortación pastoral «No temas, yo estoy contigo».
El documento ofrece, punto por punto, la perspectiva de los obispos sobre la situación que atraviesa la nación venezolana, que califican como una gran tribulación, que afecta a la vida de los venezolanos y compromete seriamente su futuro.
«La mayor parte de la población no cuenta con los medios para hacer frente a la monstruosa hiperinflación. La calidad de vida de los venezolanos, ya sumamente precaria, se deteriora día a día. A los graves problemas que reiteradamente hemos puesto de relieve en nuestras exhortaciones y comunicados, relativos a las áreas de la alimentación, la salud, los servicios públicos (agua, electricidad, comunicaciones, vialidad), la seguridad personal, el empleo y el ingreso, se suman ahora los de la circulación y venta del efectivo y el del transporte público».
En ese sentido, denuncian que «el principal responsable de la crisis por la que atravesamos es el gobierno nacional, por anteponer su proyecto político a cualquier otra consideración, incluso humanitaria; por sus erradas políticas financieras, por su desprecio a la actividad productiva y a la propiedad privada, por su actitud constante de poner obstáculos a quienes tienen voluntad de resolver algún aspecto de la problemática actual».
Asimismo, señalan la urgencia en Venezuela de «una dirigencia política que ponga en el centro de sus reflexiones y de su accionar al pueblo venezolano, que tenga conciencia de que más allá de controlar el poder, la política es el oficio de quien movido por la nobleza y los principios éticos sabe ponerse al servicio de los ciudadanos y no de mezquinos intereses. Los líderes de la oposición deben ofrecer al pueblo alternativas de cambio, y trabajar con más fuerza por su bienestar».
Identifican las prácticas del ejecutivo venezolano para perpetuarse en el poder y «las actitudes de prepotencia, autoritarismo y abuso de poder, así como la constante violación de los derechos humanos, van acumulando sobre sus autores un rechazo que las generaciones futuras les reclamarán». Consideran además que el país está en diáspora porque «una de las situaciones que clama dramáticamente desde su silencio es el fenómeno de la emigración», con sus consecuencias terribles. «Venezuela espera la vuelta de sus hijos para reemprender el camino de un sano progreso».
Los obispos venezolanos animan a la sociedad civil «a ofrecer sus talentos y capacidades para explorar soluciones. Hay muchas personas comprometidas con el país, sus comunidades, sus familias», señalan, y destacan que «existe en el venezolano mucha creatividad, iniciativa, espíritu de sacrificio: todo ello se manifiesta en un trabajo esforzado y diversas iniciativas de emprendimiento. Ciertamente la situación es abrumadora, pero no nos podemos acostumbrar a la precariedad que tanto humilla a nuestro pueblo», consideran.
Solidaridad de la Iglesia
La misma Iglesia demostró su solidaridad: «Nuestras diócesis, parroquias y demás instituciones, a pesar de sus limitaciones logísticas y financieras, han desplegado una amplia campaña de ayuda a los más necesitados, especialmente en lo que se refiere a alimentación y acceso a medicamentos».
Los obispos concluyen su exhortación al pueblo venezolano haciendo alusión al título del documento: «No temas, yo estoy contigo», porque «en sus horas de dolor y prueba, el creyente se toma con más fuerza de la mano de su Señor», aseguran.
Durante el desarrollo de esta asamblea plenaria los obispos aprobaron el Plan Trienal 2018-2021 para el trabajo evangelizador y pastoral de la Iglesia venezolana, analizaron las líneas guía de la Ratio fundamentalis para la formación de los futuros sacerdotes, y anunciaron la visita Ad limina apostolorum que realizarán en el mes de septiembre.+