(LifeSiteNews/InfoCatólica) La delegación de los EE. UU. emitió esta declaración en la Asamblea Mundial de la Salud en Suiza, criticando los recientes esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para promover el aborto. La delegación expresó «profunda preocupación» por las prioridades de la entidad de salud más preeminente del mundo.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, encabezó una delegación estadounidense a la 71ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS) en Ginebra. Sus comentarios abordaron el problema del Ébola y otros desafíos de salud, pero la delegación también emitió una declaración desafiando la promoción del aborto por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de su Programa de Reproducción Humana.
«Recordamos a nuestros colegas delegados que la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo forjó el consenso internacional sobre que el aborto en ningún caso debe promoverse como un método de planificación familiar», dijo, según un comunicado de prensa de Minnesota Citizens Concerned for Life Global Outreach ( MCCL GO).
«Estados Unidos sigue siendo un defensor incondicional y un contribuyente para la salud, la vida y el bienestar de la madre y el niño. Y nunca renunciaremos a ese apoyo», agregó la declaración de los EE. UU.
Según informes, el subsecretario de Estado para Asuntos de Organización Internacional, Kevin Moley, fue decisivo para garantizar que la delegación adoptara una postura pro vida en la reunión.
La declaración de esta semana parece ser una reprimenda directa a declaraciones como la declaración de los investigadores de la OMS del año pasado de que las mujeres que buscan «evitar el embarazo necesitarán servicios de planificación familiar como anticoncepción y acceso a abortos seguros».
«Ha habido una tendencia creciente de activistas en la OMS alentando la legalización del aborto en todo el mundo», dijo el director ejecutivo de MCCL GO, Scott Fischbach. «Aplaudimos a la administración Trump por esta declaración pro vida».
El stand es el más reciente de varios que la administración del presidente Donald Trump ha tomado para promover el derecho a la vida en el escenario mundial.
Uno de los primeros movimientos de Trump en el cargo fue restablecer y ampliar la Política de la Ciudad de México, prohibiendo que se distribuyan miles de millones de dólares en ayuda extranjera a organizaciones involucradas en abortos.
En marzo, la consejera de USAID, Bethany Kozma, dijo en una reunión privada de la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Estatus de la Mujer que «EE. UU. Es un país pro-vida» y quería que el informe final de la comisión reemplazara «anticoncepción moderna» por «planificación familiar» que incluía la educación sobre abstinencia.
El mes siguiente, el embajador del Departamento de Estado, Michael Kozak, declaró que el aborto «no es un derecho humano» y que la administración considera que el «acceso» a la anticoncepción internacional no es un problema. La delegación de Estados Unidos ante la ONU también se ha resistido a los esfuerzos por reconocer el «derecho» al aborto en virtud del derecho internacional.