(Actuall) La comunidad cristina, entre los que se encuentran los 50 cristianos despojados de sus tierras y sus viviendas, estaba bloqueando las rutas para protestar contra la ocupación ilegal de sus tierras que ya dura algunos meses.
Los heridos son Shahbaz Masih Gill, de 36 años, y Samina Tasneem, de 28. Ambos recibieron impactos de bala en las piernas y se encuentran internados en el hospital desde que sucedió el hecho. La policía les tomó declaración como testigos y comenzaron a buscar a los culpables por un posible delito de intento de homicidio, de revuelta armada con armas e instrumentos letales
«Estaba volviendo a casa después de haber armado un motor eléctrico, cuando se me acercaron unos 6 hombres armados a bordo de motos, que me golpearon con bastones de madera y me abofetearon. Todavía con la cabeza que me sangraba, me uní a las protestas que se estaban realizando en la calle contra el ataque. Pero luego, alrededor de la 18:50 de la tarde (hora local) volvieron y dispararon cinco tiros», ha manifestado Shahbaz Masih, uno de los heridos.
Tasneem, madre de dos hijos, está internada porque un proyectil le perforó el talón derecho. Ambos son cristianos y forman parte de un grupo de 30 familias amenazadas por Muhammad Ismail, miembro del partido de gobierno Pakistan Muslim League (Nawaz), que desde el año 2016 reivindica 1.745 metros cuadrados de terreno adyacentes a la iglesia presbiteriana de Alba. En 1981 un terrateniente local de nombre Budhan Khan, quería comprar la parcela durante un remate, pero después la venta fue cancelada. Ahora el hijo, Ismail utiliza documentos falsificados con tal de apropiarse de las tierras y obligó a los cristianos a la fuga, en dos ocasiones.
El 14 de mayo ellos habían vuelto a casa, después de dos meses pasados como refugiados en un lugar frente al club de prensa de Lahore. El reverendo Aashir Aftaab, que ya fue agredido en el pasado refirió que «un ex miembro de la Asamblea provincial de Punjab nos ha asegurado protección. Pedimos que cese el terrorismo contra las minorías, queremos protección de parte de la policía y el arresto inmediato de los agresores».
Para el padre James Channan, coordinador regional de la United Religions Initiative, el incidente supone «una situación alarmante para la minoría cristiana de Pakistán». Según el sacerdote dominico, «es desagradable ver que el gobierno no haga nada. Ninguno demuestra interés por el sufrimiento de ellos, mientras viven en la suciedad de las calles en Lahore, junto a sus mujeres y niños. Fueron obligados a volver para enfrentar esta situación de peligro. Hacemos un llamamiento al Estado para que los socorran».