(Gaudium Press/InfoCatólica) El Canciller diocesano de la diócesis de China, Mons. Pedro Zhou Qing Gan, presidió la bendición solemne de un monumento en honor a San Juan Wu Wen Yin. El evento, en el que participaron unos 35 sacerdotes y numerosos fieles, contrasta con el cada vez más acentuado clima de restricción a libertad religiosa en el país y la destrucción de símbolos cristianos por parte de las autoridades.
En la Eucaristía, durante la cual se bendijo la estatua, se consagró el nuevo altar de la parroquia de Dong Er Tou, en cuya jurisdicción nació el Santo catequista mártir. El sacerdote recordó el principio de que «la sangre de los mártires es la semilla de los cristianos» y motivó a los presentes a inspirarse en el testimonio de fe de San Juan Wu Wen, quien se distinguió por su fe, su compromiso en las obras sociales y su papel de líder de su comunidad.
San Juan Wu Wen Yin nació en 1850 en el actual Han Dan, y se inspiró en la profunda fe de su madre para permanecer firme durante la persecución desatada durante la revolución bóxer. A ella misma le confió antes de su martirio: «No te preocupes, madre. Por favor cuida de mis huérfanos porque yo voy camino del martirio. Nos vemos en la casa celestial del Padre».
El Santo catequista tenía 50 años de edad cuando fue martirizado, habiendo sido puesto en prisión tras una revuelta en la cual no tuvo parte relevante. Fue canonizado por el Papa San Juan Pablo II el primero de octubre de 2000, tras comprobarse que el cristianismo fue la verdadera causa de su condena a muerte y que los creyentes locales lo consideraron como mártir desde el momento mismo de su muerte.