(Agencias/ReL) Previamente, Benedicto XVI visitó la Cúpula de la Roca, situado en el Monte del Templo (Haram al Sharif para los musulmanes), y se reunió con el Gran Mufti de Jerusalén, Mohammed Hussein.
"En un mundo tristemente marcado por las divisiones, este lugar sagrado [...] incita a los hombres y las mujeres a trabajar con buena voluntad en la superación de los malentendidos y conflictos del pasado y a andar el camino de un diálogo sincero", dijo el Papa durante su visita, de unos diez minutos, a la Cúpula de la Roca.
Benedicto XVI es el primer Papa en visitar la Cúpula de la Roca, uno de los lugares más sagrados del islam.
Tras reunirse durante 30 minutos con el Gran Mufti de Jerusalén, el Papa abandonó el Monte del Templo en un automóvil para visitar el Muro de las Lamentaciones.
Encuentro con los dos Grandes Rabinos de Israel
En su encuentro con las dos máximas autoridades religiosas judías, el Santo Padre ha afirmado que ha sido un gran motivo de satisfacción para él desde el inicio de su pontificado "el fruto producido por el diálogo en curso entre la delegación de la comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con los judíos y la delegación del Gran Rabinato de Israel para las Relaciones con la Iglesia Católica".
Benedicto XVI ha asegurado que el encuentro de hoy "es una ocasión muy apropiada para agradecer al Omnipotente por las muchas bendiciones que han acompañado el diálogo conducido por la comisión bilateral, y por mirar con esperanza sus futuras sesiones. La buena voluntad de los delegados para discutir abierta y pacientemente no los solo los puntos de acuerdo, sino también los puntos de discordancia, ha allanado el camino para lograr una colaboración más efectiva en la vida pública. Judíos y cristianos están interesados por igual en asegurar el respeto por la sacralidad de la vida humana, la centralidad de la familia, una sólida educación de los jóvenes, la libertad de religión y de conciencia para una sociedad sana. Estos temas de diálogo representan solo la fase inicial de aquello que esperamos sea un sólido y progresivo camino hacia una mejorada comprensión recíproca".
El Papa ha mostrado su confianza en que "nuestra amistad se siga poniendo como ejemplo de confianza en el diálogo para los judíos y cristianos de todo el mundo."
El Obispo de Roma ha concluido su discurso antes los dos Grandes Rabinos deseando que desde "los resultados alcanzados hasta ahora, y extrayendo nuestra inspiración de las Sagradas Escrituras, podamos apuntar con confianza a una siempre más convencida cooperación entre nuestras comunidades – junto con todas las personas de buena voluntad – en condenar el odio y la opresión en todo el mundo. Oro a Dios, que escruta nuestros corazones y conoce nuestros pensamientos (Sal 139,23), para que continúe iluminándonos con su sabiduría, y así podamos seguir sus mandamientos de amarlo con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas (cf. Dt 6,5) y amar al prójimo como a nosotros mismos (Lv 19,18)".