(SIC/INfoCatólica) «Después de escuchar el clamor de una gran mayoría de la sociedad y conscientes de la gravedad de la situación que vivimos en el país, y aun cuando las circunstancias para dicho diálogo no son las más idóneas, anunciamos el inicio del mismo para este miércoles 16 de mayo a las 10.00 a.m. en el auditorio del Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima en Managua». Así se han manfiesado los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) a través de un Comunicado, publicado este lunes 14 de mayo, tras los últimos acontecimientos de violencia en este país Centroamericano.
La Iglesia mediadora y testigo
Ahora en Nicaragua ya hay una fecha para el inicio del diálogo nacional propuesto por el Gobierno, en el que la Iglesia desarrollará un doble papel de mediadora y de testigo. «La Iglesia actuará en este diálogo como mediadora y testigo. Queremos dejar claro que la Iglesia no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares pero junto con las diversas fuerzas sociales, acompaña las propuestas que mejor respondan a la dignidad de la persona humana y al bien común».
Promover un clima de respeto y evitar la violencia
En este sentido, los Obispos nicaragüenses esperan que el diálogo aborde estructuralmente el tema de la institucionalidad en este país con el objetivo de ir allanando el camino hacia la democratización y para ello es necesario que exista un clima de respeto y se evite la violencia. «Le pedimos a todos los sectores, gobierno y resto de la sociedad que se esfuercen en mantener un ambiente propicio de tolerancia y respeto, sobre todo cuando se realicen manifestaciones pacíficas». Por lo tanto, concluyen los Obispos, tratemos de evitar todo lo que pueda desencadenar situaciones de violencia y que termine todo acto de saqueo.
18 de mayo: Jornada de ayuno y oración
Asimismo, los Obispos de Nicaragua para acompañar este proceso de diálogo, han convocado a todos los fieles católicos a una Jornada Nacional de ayuno, oración y rezo del Santo Rosario para el día viernes 18 de mayo, y se encomiendan a la Purísima Madre de Dios, Patrona de Nicaragua, que interceda por este país y les acompañe con su ternura maternal.