(La Región) Los templos de la comarca de A Limia están siendo saqueados de forma impune en el último mes. Todo parece apuntar a una banda que busca de forma sistemática dinero, joyas o cualquier otro elemento fácil de vender en el mercado. El último se producía la noche del sábado al domingo en la iglesia parroquial de San Esteban de Sandiás. Los ladrones consiguieron acceder al interior de la iglesia, tras forzar la puerta de entrada durante la noche.
Manuel Fernández Vidal, párroco del templo y que se enteró del robo cuando acudió a la iglesia a oficiar la Misa dominical a las 11,30 horas, explica que «entraron tras forzar la entrada y iban a por las monedas del limosnero, pero lo peor es la puerta, que era de madera y tuvieron que hacer mucha violencia para descerrajarla». Añade que «ahora habrá que ver si tiene arreglo o tenemos que hacer una nueva».
La puerta fue «hecha por un buen carpintero hará unos 20 años y sólo la cerradura nos costaría 17.000 pesetas (unos 110 euros), más lo que es la puerta en sí, que es de madera de teca». Además de las limosnas, los ladrones se llevaron los pendientes, de oro, y el collar de la Virgen.
«Están atacando por esta zona, debe ser una pandilla que se dedica a esto y la ha tomado con las iglesias de la comarca de A Limia», señala el párroco de San Esteban, que apunta que dinero, en realidad, «se llevaron bastante poco, prácticamente nada, alrededor de 200 euros».
Gente de la zona
Miguel Ángel González, responsable de Patrimonio de la Diócesis de Orense, apunta que «debe ser gente que conoce el terreno, que son del entorno o que previamente han preparado el robo». Recomienda que no se dejen «medallas o pendientes por devoción porque es a lo que van, porque el oro es fácil de vender».
Al de Sandiás se unen otros cinco robos en 15 días. El pasado 19 de abril se llevaban limosnas de la iglesia parroquial de Piñeira de Arcos (Sandiás); un día más tarde, los ladrones intentaban acceder al interior del templo de Abavides (Trasmiras), aunque no lograron abrir la puerta, y el día 22 de abril sí que consiguieron acceder al interior del monasterio de Bon Xesús de Trandeiras, de donde se llevaron el dinero de los limosneros.
El pasado jueves, se sufría un robo en la iglesia de Vilaseca (Trasmiras), de la que se llevaron alrededor de 200 euros de los cepillos. Al día siguiente, en Zos, a cuatro kilómetros de Vilaseca, se reproducía el mismo modus operandi en su iglesia parroquial. Tras forzar la iglesia con un hierro, los ladrones se llevaron el dinero de tres cepillos, entre ellos el de San Antonio, así como una cadena que una devota había colgado a Santa Lucía.