(El Confidencial) El Ministerio del Interior español expulsó 'manu militari' el pasado viernes a Marruecos a dos gemelos marroquíes residentes en Badalona, detenidos en 2015 cuando tenían 16 años. Consideró que tras pasar 18 meses en un centro de internamiento seguían radicalizados y constituían un «peligro para la seguridad nacional».
Cuando los jóvenes cruzaban la frontera de Melilla con Marruecos empezaban en Lérida tres jornadas de predicación consecutiva en árabe por el jeque argelino Abdalá Azhar Seniqra al que en su país le acaban de prohibir enseñar el islam por considerarle radical. Azhar Seniqra es uno de esos «doctrinarios salafistas que hacen daño», que siembran con sus discursos el caldo de cultivo del que se nutren los radicales, según Fernando Reinares, director del Programa sobre Terrorismo Global del Real Instituto Elcano.
El salafismo es una interpretación ultraconservadora del islam surgida en la península arábiga. Generalmente no propugna la violencia, pero sí rechaza la integración en la sociedad occidental y ha sido la antesala ideológica de muchos de terroristas. Ese itinerario queda, por ejemplo, reflejado en el vídeo grabado, en junio de 2016, por Larossi Abballa tras asesinar a un matrimonio de policías franceses en la periferia de París. En él animaba a los salafistas a seguir su ejemplo, dar un paso más y empuñar las armas.
Nacido en Argel hace 58 años, pero formado en parte en Medina (Arabia Saudí), Azhar Seniqra se convirtió, desde el viernes hasta el domingo, en un imán maratoniano pronunciando sucesivamente sermones en árabe, clases de exégesis del Corán, explicando los cuatro fundamentos de su doctrina religiosa (wahabismo/salafismo) y las reglas del ayuno, según 'Boulough al-Maram', un libro de teología.
Para recibirle no bastaba ninguna de las mezquitas u oratorios de Lérida, y un grupo de musulmanes alquilaron el pabellón 4 de los Campos Elíseos de la Feria de Lleida. Hubo público, llegado de Cataluña, de toda España e incluso de Francia, donde el jeque cuenta con seguidores. No hubo, en cambio, imágenes o vídeos de los actos porque, como los talibanes afganos, considera que «fotografiar a seres humanos es «haram» (pecado)», explica Mohamed Belaila, redactor jefe del diario digital argelino 'TSA'. Sí hubo, en cambio, una retransmisión en audio de los sermones «con traducción al castellano mediante una aplicación», según explica Carlos Seisdedos, analista de ciberseguridad. Muchos jóvenes musulmanes residentes en España no se manejan bien en árabe.
El rechazo a la fotografía es revelador de su ideología ultrarrigorista. En sus prédicas de viva voz, su consultorio online o su canal de Telegram, Azhar Seniqra sostiene, por ejemplo, que «Occidente es nefasto» y por eso los musulmanes que viven en él «tienen mucho mérito ante Alá». El Ramadán, prosigue, el mes de ayuno que se avecina –este año empezará a mediados de mayo- es el momento de «seguir el ejemplo del Profeta (…), la única manera de preservar el islam en estas tierras de pecado», es decir en Europa. Si perdemos nuestra religión lo perdemos todo», advierte.
Para que las mujeres pudieran escuchar a este «sabio», como lo describen sus seguidores, se les habilitó una sala especial en la Feria de Lérida. A los requisitos exigidos a los varones para poder acceder al paraíso –básicamente cumplir los cinco pilares del islam-, Azhar Seniqra añade uno concerniente a las mujeres: «obedecer a sus maridos». No es partidario de la escolarización de las chicas, porque pueden aprender en casa sin correr riesgos, pero si han estudiado y desean ejercer su profesión no deben en ningún caso hacerlo en un entorno en el que haya varones.
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