(ACI/InfoCatólica) Luego de la negativa de la Corte de Apelaciones de Inglaterra, los padres de Alfie Evans acaban de perder también la batalla legal ante la Corte Suprema para evitar que se desconecte el soporte que mantiene con vida a su hijo de 23 meses de edad.
Con la decisión, tomada este 20 de abril, no se permitirá que los padres de Alfie transfieran a su hijo del Alder Hey Children's Hospital en Liverpool, al hospital Bambino Gesú de Roma o al Instituto Neurológico Carlo Besta de Milán, que se ofrecieron a acogerlo.
«Se ha determinado de manera concluyente que no está en los mejores intereses de Alfie, no solo permanecer en el Hospital Alder Hey atendido como lo está actualmente, sino también viajar al exterior con el mismo propósito», sostiene el comunicado emitido por la Corte Suprema.
«No es legal, por lo tanto, continuar reteniéndolo, ya sea en Alder Hey o en otro lugar, para ese propósito. La liberación a la que tiene derecho, por lo tanto, es la liberación de la imposición del tratamiento que no es lo mejor para él», continúa.
A pesar de la noticia, Thomas Evans, padre de Alfie, dijo que no se darían por vencidos y que habían presentado una «solicitud urgente» ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Sin embargo, los jueces afirmaron que «no había motivo para más retrasos» y que «no habrá más suspensión de la orden de la Corte de Apelaciones».
«Esa es la ley en este país. Ninguna solicitud al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo puede o debería cambiar eso», dijeron.
Christian Concern, una organización hermana de Christian Legal Center, publicó una declaración del padre de Alfie sobre la decisión de la Corte Suprema.
«Como toda la familia de Alfie, estoy muy decepcionado por la nueva decisión de la Corte Suprema que justifica el encarcelamiento de Alfie en el Hospital Alder Hey, y se niega a permitirle ir a Roma por invitación del Papa», dijo Evans.
«Les hemos pedido que vean los videos recientes de Alfie, y su decisión ahora admite que Alfie “parece un niño normal”. Sin embargo, su papeleo aún dice que su cerebro ya no existe, que su vida es inútil, que no se le permite ir, sino que debe morir, todo en su propio beneficio», añadió.
Finalmente, aseguró que «a estas personas solo les importa el papeleo, no el niño».
«Esto no es justicia. Es una burocracia cruel. Continuaremos luchando por todos los medios disponibles para nosotros dentro de la ley, para salvar la vida de nuestro hijo», concluyó Thomas.
En declaraciones para CBN News, Roger Kiska, asesor legal del Christian Legal Center que representa a la familia, dijo que debe considerarse «este caso como un momento decisivo potencial, en el que los tribunales realmente han mostrado desprecio por la vida humana al decidir que ya no vale la pena vivir, y que en cierto sentido es eugenésica».
Alfie tiene 23 meses de edad y permanece hospitalizado desde diciembre de 2016 en «estado semi-vegetativo» debido a una condición neurológica degenerativa desconocida.
El niño se encuentra en el Alder Hey Children's Hospital, centro que ha solicitado a la justicia inglesa que le permita desconectar al menor, argumentando que no hay solución a su problema de salud.
El 10 de abril la justicia británica falló a favor del hospital. La prensa informó que el juez Anthony Hayden estableció la fecha y la hora para desconectar el soporte que mantiene con vida a Alfie Evans.
El pequeño sigue con vida debido a que los padres mantienen su lucha en los tribunales de justicia.
El miércoles 18 de abril, el Papa Francisco recibió en una audiencia privada a Thomas Evans.
Un día después, la presidenta del hospital pediátrico Bambino Gesú, Mariella Enoc, afirmó que el Santo Padre le pidió «hacer lo posible y lo imposible» por Alfie Evans.