(Asia News) La resolución del Consejo fue inspirada por la intervención del presidente de la Administración Religiosa de los musulmanes de Tartaristán, el muftí Kamil Samigulin
El líder de los musulmanes tártaros justificó su propuesta afirmando que «nosotros debemos prohibir esta ideología, porque ésta difunde el odio recíproco entre los hombres, nuestras leyes en realidad no condenan a las ideologías, pero pueden frenar a las asociaciones que de ellas sacan inspiración. En nuestro país los wahabitas tienen muchas estructuras de perfiles diversos, que se desarrollan y crecen continuamente; condenado por ley al wahabismo se podría al menos complicar mucho sus actividades, sobre todo disminuyendo el flujo de personas que son enroladas en el subsuelo terrorista».
El Consejo Interreligioso se reunió en el edificio de la «Especialización doctoral eclesiástica» del Patriarcado de Moscú, bajo la presidencia del metropolita Hilarión (Alfeyev), jefe del Departamento para las Relaciones externas de la Iglesia ortodoxa rusa. Participaron diversos altos exponentes del Patriarcado mismo, como el metropolita de Kazán y de Tartaristán, Feofan (Ashurkov) el jefe del Departamento para las relaciones con la sociedad y los medios de información Vladimir Legojda y la directora del Servicio jurídico patriarcal, la abadesa Ksenja (Chernega). Además del muftí de Tartaristán Samigullin, los musulmanes estaban representados por el muftí del Bashkortostán (la otra república de los tártaros) Muhammad Tadzhuddinov, por el representante de los musulmanes de Moscú, el imán Shafig Pshikhachev y por el rector de la universidad islámica de Rusia Artur Suleimanov. También estaban presentes el rabino jefe de Rusia, Adolf Shayevich, diversos exponentes políticos y académicos, miembros de las fuerzas del orden y empresarios comprometidos en las relaciones inter-confesionales de diversos niveles.
El tema principal de la discusión fue justamente la lucha contra el terrorismo y el extremismo islámico y la primera resolución asumida por el Consejo fue la decisión de abrir filiales del mismo Consejo Interreligioso en Tartaristán y en las regiones del Cáucaso septentrional, donde más se concentra la presencia de los musulmanes. Tartaristán es de hecho, la principal república federal rusa donde se conservó la presencia tradicional de las poblaciones descendientes de los tártaros-mongoles que dominaron Rusia entre los siglos XII y XV y se convirtieron al islam a mitad del 1300; en el Cáucaso existen diversos grupos étnicos, de los chechenos a los asirios, por mucho tiempo bajo la influencia turco-otomana.
En la intervención inicial, el metropolita Hilarión recordó que «en las condiciones de elevada amenaza terrorista es importante la coordinación de los esfuerzos de las comunidades religiosas. Esto se refiere sobre todo a aquellas regiones donde es más alto el peligro de la derivación extremista, que debe ser erradicada en todos los niveles, programando también acciones profilácticas de amplio rayo de tal fenómeno… debemos aprender a desenmascarar y volverlas inocuas a las fuerzas satánicas, antes que puedan realizar acciones malvadas».
El prelado ortodoxo insistió sobre la necesidad de una «formación religiosa integral» para prevenir que el terrorismo se desarrolle de las escuelas primarias hasta la universidad. «Debemos garantizar a nuestros ciudadanos un nivel de preparación doctrinal en las cuestiones religiosas, de tal modo que sea imposible permitir la fascinación de la predicación extremista bajo cualquier forma. Cada ciudadano de nuestro país, de cualquier edad, debe conocer la enseñanza de las religiones tradicionales y comprender que la ideología del terrorismo contradice los fundamentos de cualquier religión».
Los miembros del Consejo luego han evaluado las medidas de defensa anti-terrorista de los edificios religiosos, que están bajo la responsabilidad de los órganos estatales y de las administraciones regionales. La abadesa Ksenja (Chernega) expuso una serie de recomendaciones formuladas por el Servicio jurídico del Patriarcado, de presentar a las fuerzas del orden como proyecto común del Consejo Interreligioso al cual hacer converger las contribuciones de todos los institutos teológicos de las varias religiones del país, dando una relevancia formal a las especializaciones teológicas universitarias según las tres confesiones principales, ortodoxa, musulmana y hebrea.