En el texto titulado "Ratzinger y el judaísmo", Vian precisa que pese al revuelo mediático como consecuencia del levantamiento de la excomunión a los obispos lefebvristas, este hecho "tuvo también efectos positivos" como la carta que el mismo Santo Padre escribiera a los obispos católicos de todo el mundo sobre el asunto, "que permanecerá como uno de los documentos más importantes de su pontificado".
Seguidamente Vian comenta que es necesario "vivir y pensar de un modo nuevo la relación con el judaísmo, incluso si eso llevase a una conciencia tal vez de las diferencias, ya que estas deben asumirse en el respeto y siempre considerando las afinidades interiores".
Vian prosigue su artículo explicando que "la opción de tener nuevas relaciones con los judíos, madurada en la primera mitad del Novecientos, debe mucho a los gestos de corazón de Juan XXIII, a las decisiones (en general desconocidas) de Pablo VI y sobre todo al pontificado de Juan Pablo II, que en este sentido cumplió pasos decisivos, dictados por una extraordinaria pasión".
Esta línea, continúa, "ha sido confirmada por Benedicto XVI –que fue el consejero más cercano de Wojtyla– desde el inicio del pontificado, ya que durante la homilía de la Misa inaugural saludó a los 'hermanos del pueblo judío, a quienes estamos ligados por un gran patrimonio espiritual común, que se funda sus raíces en las irrevocables promesas de Dios'".
Y en la carta a los obispos católicos, dice luego Vian, es "muy significado en este sentido la referencia, entre las prioridades del pontificado, a la exigencia de 'hacer presente a Dios en este mundo y de abrir a los hombres el acceso a Dios. No a uno cualquiera sino a aquel Dios que ha hablado en el Sinaí, a aquel Dios cuyo rostro conocemos en el amor expresado hasta el final, en Jesucristo crucificado y resucitado'".
El Director de LOR recuerda además que "en estos primeros cuatro años de pontificado la relación auténtica y el refuerzo de los nexos con los judíos han sido continua y repetidamente buscados por el Papa, en los distintos encuentros con personalidades y exponentes del judaísmo, e incluso en muchísimas intervenciones: basta por ejemplo recordar el pequeño corpus de los discursos durante el viaje a Francia, en donde la relación con el judaísmo constituyó uno de los hilos conductores, o en la novedad de la primera intervención de un judío en la asamblea sinodal sobre la Palabra de Dios".
Finalmente Vian resalta que "es cierto que hay dificultades y obstáculos, por parte de quienes son hostiles a este acercamiento, como se ha visto varias veces a propósito de Pío XII, sobre quien en cambio se está estabilizado un nuevo y más ecuánime consenso historiográfico, que no solo ha demolido la 'leyenda negra' sino que está corrigiendo también la reducción de su pontificado a los años trágicos de la guerra".