(Verdad en Libertad) Francisco afirmó que «la Cuaresma es tiempo rico para desenmascarar éstas y otras tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús», durante la homilía de la Misa de Miércoles de Ceniza, que celebró en la basílica romana de Santa Sabina, el 14 de febrero, con la que comenzó el tiempo de preparación a la Pascua.
«Cuaresma es tiempo propicio para afinar los acordes disonantes de nuestra vida cristiana y recibir la siempre nueva, alegre y esperanzadora noticia de la Pascua del Señor. La Iglesia en su maternal sabiduría nos propone prestarle especial atención a todo aquello que pueda enfriar y oxidar nuestro corazón creyente. Las tentaciones a las que estamos expuestos son múltiples. Cada uno de nosotros conoce las dificultades que tiene que enfrentar», reflexionó el Papa.
El Pontífice pidió detenerse a «ese mandamiento de vivir acelerado que dispersa, divide y termina destruyendo el tiempo de la familia, la amistad, los hijos, los abuelos, la gratuidad y de Dios». «Detente, mira y vuelve a experimentar la ternura sanadora y reconciliadora de Dios. Deja que el Señor sane las heridas del pecado y cumpla la profecía hecha a nuestros padres: 'Les daré un corazón nuevo'», aseguró.