(ACI Prensa) El prelado de origen mexicano expresó su sorpresa por la decisión de la administración de Donald Trump de eliminar el programa que protegía a unos doscientos mil salvadoreños desde el año 2001. La decisión del gobierno da un plazo de año y medio a estos salvadoreños para salir del país.
Tras recordar que del 7 al 13 de enero se celebra en Estados Unidos la Semana Nacional de la Migración, el arzobispo dijo que, en términos prácticos, la decisión gubernamental hará que estas doscientas mil personas se vean obligadas a «regresar a su país de origen, que aún no cuenta con los recursos adecuados» para recibirlos.
Mons. Gómez recordó que «muchos de estos doscientos mil beneficiarios de TPS salvadoreños son padres de familia, y alrededor de ciento noventa mil de sus hijos nacieron en este país y son ciudadanos de los Estados Unidos».
«Este es el único país que estos niños han conocido. Ahora estas familias enfrentan una decisión difícil sobre su futuro: ya sea permanecer juntos y regresar a El Salvador para enfrentar la posible violencia y explotación o separarse posiblemente de manera permanente para que los niños puedan permanecer seguros, con todos los beneficios de la ciudadanía estadounidense». Para Mons. Gomez «esta es una elección inhumana que nadie debería tener que hacer».
Estados Unidos, resaltó el arzobispo, «siempre ha sido un faro de esperanza para el resto del mundo. Oro para que el gobierno reconsidere esta decisión y encuentre maneras de permitir que estas familias se queden y encuentren formas de darles un camino permanente hacia la residencia y la ciudadanía».
Mientras tanto, concluye, «la comunidad católica continuará caminando con nuestros hermanos y hermanas de El Salvador, abriendo nuestros corazones a sus familias en amor y caridad y recibiendo los regalos que traen a esta gran nación».