(Catholic Herald) En un discurso que destacó el papel de los servicios de emergencia y voluntarios, la primera ministra agradeció «a todos aquellos cuyo servicio a los demás significa que pasarán tiempo lejos de sus seres queridos esta Navidad».
También elogió la iniciativa Iglesias Unidas, una organización ecuménica que reúne a la gran mayoría de las denominaciones cristianas en Gran Bretaña.
Libertad religiosa
«Al celebrar el nacimiento de Cristo, celebremos todos esos actos desinteresados e innumerables que personifican los valores que compartimos: los valores cristianos de amor, servicio y compasión que todos los días viven en nuestro país personas de todas las religiones. Sintámonos orgullosos de nuestra herencia cristiana y de la confianza que nos brinda para garantizar que en Gran Bretaña se pueda practicar la fe sin temor».
May quiso recordar «a las personas de todo el mundo que han sido privadas de esas libertades, desde los cristianos en algunas partes del Medio Oriente hasta la repugnante persecución de los musulmanes Rohingya.Y reafirmemos nuestra determinación de defender la libertad de las personas de todas las religiones para hablar y practicar sus creencias en materia de paz y seguridad».
Sus hechos indican lo contrario
Sus palabras llegan al final de un año donde su gobierno ha propuesto políticas sociales radicales que han causado preocupación entre muchos cristianos.
En julio, la ministra de Igualdad, Justine Greening, anunció planes para permitir a las personas cambiar su género legalmente reconocido sin un diagnóstico médico. Al anunciar la política en una entrevista, la Sra. Greening también hizo un llamado a las principales religiones para «mantenerse al día con las actitudes modernas» sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En julio, el gobierno también anunció que financiaría abortos en Inglaterra para mujeres de Irlanda del Norte, que tiene leyes pro-vida mucho más fuertes. Al explicar la política, Justine Greening escribió: «En la actualidad se solicita el pago a las mujeres de Irlanda del Norte, y de ahora en adelante nuestra propuesta es que esto ya no ocurra».
El gobierno también está examinando la posibilidad de introducir las llamadas «zonas de seguridad» que prohibirían las vigilias de oración fuera de las clínicas de aborto.
La Sra. May, cuyo padre era vicario anglicano, ha hablado anteriormente abiertamente sobre su fe cristiana en múltiples ocasiones, diciendo en una entrevista a principios de este año que «me guía en todo lo que hago».