(CNA/InfoCatólica) Faltando un solo día para la Navidad, el Papa Francisco dijo que la humilde y modesta respuesta de María en el anuncio del nacimiento de Jesús refleja nuestra propia actitud con respecto a el plan de Dios para nuestras vidas, mientras nos preparamos para la encarnación.
En su respuesta al Angelus durante la Anunciación, la actitud de María «corresponde perfectamente a la del Hijo de Dios cuando viene al mundo: quiere convertirse en el Siervo del Señor, poniéndose al servicio de la humanidad para cumplir el plan de Dios», dijo el Santo Padre hoy, 24 de diciembre.
Al decir «soy la esclava del Señor», María «refleja perfectamente» las palabras de Jesús mismo, quien en los Evangelios le dice a Dios Padre que «vengo a hacer tu voluntad».
«De esta manera, María se revela como una colaboradora perfecta en el plan de Dios, y también se revela como discípula de su hijo, y en el Magníficat puede proclamar que “Dios exaltó a los humildes”, porque con esto la respuesta humilde y generosa ha obtenido una gran alegría, e incluso la más alta gloria».
El Papa Francisco habló a los peregrinos en la Plaza de San Pedro durante su discurso en el Ángelus para el cuarto domingo de Adviento, que este año cae en Nochebuena. Más tarde esta noche, a las 9:30 p.m. hora local en Roma, celebrará la misa de vigilia de Navidad en la Basílica de San Pedro.
En su discurso al Ángelus, el Papa señaló la diferencia entre las respuestas del ángel y María durante la Anunciación en el Evangelio de Lucas. Su respuesta es una frase breve que ofrece «disponibilidad y servicio».
Incluso el contenido de su respuesta de que «soy la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra», es distinta, pues «María no se exalta ante la perspectiva de convertirse en la madre del Mesías, sino que sigue siendo modesta y expresa su propia adhesión al proyecto del Señor».
María es «verdaderamente humilde y no trata de presumir». En cambio, María reconoce que «ella es pequeña ante Dios y está contenta de ser como es».
Sin embargo, al mismo tiempo, María también es consciente de que el cumplimiento del plan de Dios depende de su respuesta, y que, por lo tanto, está llamada a «adherirse a él con todo su ser».
El Papa Francisco cerró su discurso diciendo, mientras admiraba a María por su respuesta al llamado y misión de Dios, también debemos orar para que ayude a cada persona a «dar la bienvenida al plan de Dios en su vida con sincera humildad y valiente generosidad».