(Alfa y Omega) El padre Jacques Mourad, nativo de Alepo (Siria), era párroco de Qaryatan, cerca de Palmira, y prior del monasterio de Mar Elian. Pertenece a la comunidad religiosa Al-Khalil (Amigo íntimo de Dios, un apelativo de Abraham). Su fundador, el italiano Paolo Dall’Oglio, fue secuestrado por los yihadistas en 2013. En mayo de 2015, fue el padre Jacques quien cayó en manos del Daesh. Ahora trabaja en el monasterio de su comunidad en Sulamainiya (Irak), atendiendo a cristianos desplazados desde la llanura de Nínive. Es el compromiso que asumieron los religiosos al comienzo de la guerra: estar cerca de la gente que sufre. Ha estado de visita en España compartiendo su testimonio
Antes de recibir a Alfa y Omega, el sacerdote sirio está reunido con los trabajadores de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Quiere agradecerles su apoyo para que los cristianos no desaparezcan de Siria e Irak. Se despiden rezando, y él canta Nada te turbe en árabe. «Yo la conocía en español. Pero un día me desperté cantándola en mi lengua. Fue en una época de combate espiritual y dudas», durante su cautiverio en poder del Daesh entre mayo y octubre de 2015. Las palabras de santa Teresa le trajeron un gran consuelo.
Su comunidad religiosa está muy implicada en la relación con los musulmanes. ¿Ha cambiado su actitud hacia el diálogo desde su secuestro?
Estoy más convencido de ello. Es el único medio para llegar a una paz concreta y duradera. El diálogo nos permite conocernos. Y si no nos conocemos, ¿cómo vamos a ponernos de acuerdo, amarnos, desarrollar una amistad, colaborar? El verdadero diálogo solo necesita dos cosas: sinceridad y fe, ya sea cristiana, musulmana u otra.
El Daesh está prácticamente derrotado y estos días se celebran varios encuentros sobre el futuro de su país. ¿Es optimista?
No. Lo siento. El verdadero problema no es el Daesh, ni en Siria ni en Irak.
¿Cuál es, entonces?
Que esta región es un mercado de armas para rusos, turcos, israelíes, europeos… Y además están los intereses petrolíferos. Desgraciadamente, tenemos casi la garantía de un conflicto continuo, por el juego americano y ruso y la tensión entre Irán y Arabia Saudí, entre chiíes y suníes.
Con los cristianos en medio.
Los cristianos que han resistido en Irak y Siria son héroes. Han soportado mucho mal, y sus seres queridos han muerto o están en las cárceles del régimen. Después de la guerra y la destrucción sistemática del país muchos han perdido la esperanza de vivir allí. Bastantes se han ido a Europa, y algunos han muerto cruzando el mar. Otros muchos han huido al Líbano, pero allí los refugiados, en particular los cristianos, están bajo mucha presión; pocos los ayudan y bastantes los persiguen. Todo el mundo piensa que es el país de la libertad y la democracia, pero es un tablero de juego de los intereses de Arabia e Irán.
¿Cree necesaria la ayuda internacional dirigida específicamente a ellos y otras minorías?
Claro. La necesitan para resistir. El retorno de familias de la llanura de Nínive a sus pueblos, gracias al compromiso de organizaciones como ACN, es verdaderamente importante. Y no creo que las tensiones actuales entre el Gobierno iraquí y los kurdos lo pongan en riesgo. Pero la ayuda no puede ser solo humanitaria. Eso no es el interés de las minorías. Hace falta que Europa y la comunidad internacional trabajen en serio para parar esta guerra y todos los conflictos en la región. La seguridad no será real si no se resuelve el problema entre Israel y Palestina.