(Aica) El prelado cordobés fue elegido para ese servicio en el marco de la reciente 114ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y sucederá en el cargo al arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, quien fue responsable de ese organismo por dos trienios.
«Es una responsabilidad nueva en una línea que se viene trabajando hace varios años y creo que el desafío más grande es ir comprometiendo cada vez más a todos los bautizados en ese anhelo de Jesús que aparece en Juan 17, que todos sean uno, en un trabajo por la unidad, por la comunión de los que creen en Cristo y también de quienes creen en Dios y de igual forma de los que no creen», sostuvo.
«Todo comienza con lo que se sabe llamar el ecumenismo espiritual, rezar por la unidad, trabajar por la unidad, en la familia, en los corazones, en los ámbitos donde nos movemos y ser conscientes que precisamente en esos ámbitos estamos cada vez más en un mundo más plural y más intercultural», agregó.
Monseñor Torres también destacó que «tenemos que aprender a dialogar, aprender a encontrarnos, aprender a respetarnos. Aprender a descubrir que la Patria la construimos entre todos, y el mundo lo construimos entre todos».
Todos somos hijos de Adán
«Por eso -explicó- son también temas del ecumenismo, el cuidado de la creación, el trabajo por la paz, y la búsqueda de la dignidad humana como el primer compromiso. Todos somos hijos de Adán, y por allí va el desafío del trabajo ecuménico que en la Argentina tiene mucha historia, entonces yo me sumo a esa historia con la Comisión Episcopal».
El obispo auxiliar expresó que «ahora el horizonte es fomentar que en cada diócesis haya delegados de ecumenismo, diálogos con el judaísmo, el islam y las otras religiones, que vayan promoviendo la conciencia de unidad, trabajando por la paz y contagiando un estilo que en la Argentina se hizo historia con la apertura que tuvo nuestra patria a migrantes y a gente de todas las latitudes que hoy son parte de un mismo pueblo que tiene que aprender a trabajar en comunión».
«Recemos como Jesús rezó antes de vivir su Pascua, para que todos sean uno al estilo de la Trinidad, como dice el papa Francisco en una diversidad reconciliada, en una perspectiva del amor, que amándonos, vivamos lo diverso en lo accidental, lo esencial en la unidad y en todo la caridad», pidió.
Escritura
La Biblia enseña:
No os unzáis a un mismo yugo con los incrédulos. Porque ¿qué tiene que ver la justicia con la iniquidad? ¿O qué tienen de común la luz y las tinieblas? ¿Y qué armonía cabe entre Cristo y Belial? ¿O qué parte tiene el creyente con el infiel?
2ª Cor 6,14-15
Y:
Así está escrito: "El "primer" hombre, "Adán", fue hecho ser vivo"; el último Adán, espíritu que da vida. Pero no es primero lo espiritual, sino lo natural; después lo espiritual. El primer hombre, sacado de la tierra, es terreno; el segundo hombre es del cielo.
Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celestial, así son los celestiales. Y como hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del hombre celestial. Esto os digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción heredará la incorrupción.
1 Cor 15,45-50