(ACI Prensa) La labor pastoral del P. Brener entre la juventud despertó los recelos de las autoridades comunistas, que diseñaron un complot contra él.
Con la excusa de visitar a un moribundo, el 15 de diciembre de 1957 consiguieron alejarlo de su parroquia. En el trayecto unos desconocidos lo apuñalaron 32 veces hasta matarlo. Mientras sufría las puñaladas, protegía con su cuerpo la Eucaristía que transportaba para dar la comunión al enfermo al que iba a visitar.