(Gaudium Press/InfoCatólica) El P. Tom Uzhunnalil, misionero salesiano que permaneció 18 meses secuestrado por terroristas islámicos radicales en Yemen, retornó a su tierra natal en Thiruvananthapuram, capital del estado de Kerala, India.
El religioso, quien fue recibido en audiencia por el Papa Francisco tras su liberación, recibió la bienvenida del Cardenal Baselios mar Cleemis, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de India, y participó en una recepción en su honor a la cual asistieron autoridades religiosas y civiles.
«Gracias a sus oraciones yo estoy con ustedes», manifestó el sacerdote. «Yo estaba en cautividad, y ahora estoy hablándoles. Demos gracias a Dios».
Las autoridades civiles destacaron la figura del sacerdote como un modelo para la población por haber mantenido la esperanza y su determinación en medio de la grave amenaza para su vida. En palabras del Primer Ministro de Keala, Pinarayi Vijayan, el presbítero fue «una lámpara que iluminaba en medio de la oscuridad del sufrimiento». Un ex ministro del estado celebró «la paciencia extraordinaria del P. Tom y su sorprendente capacidad de enfrentar el sufrimiento con la oración».
El sacerdote recibió también una cálida bienvenida de los fieles católicos locales, quienes lo aplaudieron a su ingreso a la Basílica de Santa María en Kochi, el templo en el cual se lanzó la vigilia nacional de oración por su seguridad y liberación en el mes de enero. En el lugar se le enseñó un álbum de fotografías del encuentro de oración, a lo cual atribuyó la suerte con que corrió en medio de sus difíciles circunstancias. «Nadie me apuntó con un arma durante mi cautiverio, nunca me torturaron», explicó el sacerdote en una rueda de prensa. «Me dieron alimentos tres veces al día, incluso cuando estaban ayunando».
Un nuevo y multitudinario recibimiento se registró en la Parroquia de Ramapuram, de donde es oriundo el P. Tom. Decenas de vehículos hicieron una caravana para llevar al sacerdote a su parroquia, donde ya se habían congregado miles de fieles. Con cantos de acción de gracias y alabanzas, el sacerdote fue llevado a la histórica iglesia de San Agustín, donde el P. Tom presidió una Eucaristía de acción de gracias. Mons. Jacob Muricken, Obispo auxiliar de Palai, destacó el testimonio del sacerdote. «El P. Uzhunnalil no estaba solo en el cautiverio. Él transformó su prisión en un altar», comentó. «Él es un Evangelio de oración para nosotros».