(Gaudium Press) Con motivo de esta iniciativa el Cardenal Timothy Dolan, Presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), ha dirigido un mensaje en el que se refiere al tema del Mes por el Respeto a la Vida.
«Dios no es un observador distante de nuestro dolor; el Hijo Eterno se hizo hombre y experimentó Él mismo inmenso sufrimiento -por ti y por mí. Sus heridas indican la verdadera esencia de nuestra identidad y valor: somos amados por Dios», señala haciendo mención a las tragedias que en el último año han tenido lugar en el país.
«Hay veces que podemos dudar del valor de nuestras propias vidas o dudar al pensar en acoger y abrazar la vida de otro. Pero reflexionando sobre las heridas del Cristo Resucitado, podemos ver que incluso en las pruebas más difíciles Dios manifiesta su victoria. Él hace todas las cosas bellas. Él hace todas las cosas nuevas. Él es el Dios de la redención», añade.
Dice que como seguidores de Jesucristo, los cristianos saben que su identidad y misión son dos caras de una misma moneda: «como los apóstoles estamos llamados a ser discípulos misioneros. Estamos no sólo invitados a seguir y refugiarnos en Dios, nuestro bastión, sino que también estamos comisionados para llegar a los otros, especialmente a los débiles y vulnerables».
El Cardenal Dolan señala que construir una cultura de la vida no es algo que se hace sólo durante un mes, o un evento; «sucede a través de nuestras acciones cotidianas, de la manera cómo tratamos a los otros, y cómo vivimos nuestras vidas».
En este sentido, reflexiona: «¿Cómo respondemos cuando nuestros padres envejecidos tienen la salud delicada?, ¿Saben ellos cuánto los amamos y apreciamos cada día?, ¿Nos aseguramos de que sepan que no son una carga para nosotros? En nuestros tiempos difíciles ¿pedimos ayuda? Cuando otros ofrecen una mano, ¿la recibimos?, cuando nuestra amiga queda embarazada en circunstancias difíciles, ¿mostramos una compasión que la apoya tangiblemente y la ayuda a dar la bienvenida a la vida de su pequeño?».
«A veces puede que no sepamos qué hacer con exactitud, pero no dejemos que el miedo a hacer lo incorrecto nos impida vivir la vocación misionera a la que estamos llamados. No necesitamos solucionar todo de una vez. Recordemos la guía de Nuestra Madre Santísima, la primera discípula: ‘Haced lo que él os diga'», agrega el purpurado.
El Mes por el Respeto a la Vida es una propuesta que nació de los Obispos Estadounidenses en 1972. La iniciativa, que en realidad no ocurre sólo durante un mes, es todo un programa que marca el inicio de un año de reflexión en torno a un lema, que en esta oportunidad es «No temas». Comienza el primer domingo de octubre, se anima a lo largo del mes, y dura todo un año pastoral.
«El programa promueve el respeto por la vida humana en vista de nuestra dignidad intrínseca por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios y estar llamados a un destino eterno con Él», explican desde el Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB.
Para animar la iniciativa, cada año se elaboran nuevos materiales con el propósito de ayudar a los católicos a comprender, valorar y comprometerse con la defensa de la dignidad de cada persona, sobre todo a valorar el don de la vida dada por Dios.