(InfoCatólica) Durante su visita al Japón el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Cardenal Fernando Filoni, ha dirigido una reflexión a los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de la región de Osaka, en la que pide «recuperar el impulso en la proclamación del Evangelio» tanto en Japón como en otros lugares:
«No depende de las metodologías puestas en marcha por parte de la iglesia, sino en volver a experimentar la caridad de Cristo. Sólo volviendo a beber de esta fuente, las personas involucradas en la misión apostólica pueden escapar del peligro de caer en su propio activismo, hasta el punto de olvidar que su misión primaria, como la de Jesús, es anunciar a los pobres un mensaje de gracia y proclamar la liberación al hombre víctima de tanta opresión».
La Iglesia no es una ONG
Al mismo tiempo ha recordado a los obispos el peligro de hacer que la Iglesia se parezca a una ONG.
«Las obras impulsadas por la Iglesia en el campo de la educación, la asistencia social y la salud en colaboración con las autoridades civiles han sido durante décadas un signo concreto de estímulo y apoyo al pueblo japonés que ha atravesado tiempos muy difíciles desde la Segunda Guerra Mundial, pero en la situación actual no podemos ignorar el peligro de que el personal apostólico se convierta en “burócrata” de la situación educativa o social, apoyado por el Gobierno, pudiendo así caer en la dinámica de la competitividad».
«No pocas veces las actividades parroquiales vinculadas por ejemplo al funcionamiento de jardines de infancia y escuelas, o las reuniones frecuentes terminan por tomar mucho tiempo, limitando el de la pastoral y catequesis de los fieles. Para poner un límite a estos desvíos en algunas situaciones es apropiado volver a pensar bien nuestro papel en los diversos sectores del servicio social. Y si los servicios que la Iglesia hace en los diversos campos no son adecuados al que es su fin propio y último, entonces los Obispos deben tener el coraje de buscar el modo para dar la prioridad al propósito misionero» .
El Cardenal a alentado a los representantes del episcopado japonés, a intensificar la pastoral de los inmigrantes católicos, que «podrán integrarse en la cultura y convertirse en un recurso prometedor para la evangelización de esta Tierra».
«Japón no es inmune a los males que afligen a nuestro siglo: secularización, indiferencia religiosa, subjetivismo ético, pérdida del sentido de lo sagrado, que afectan a muchas comunidades cristianas occidentales antiguas».
«Se trata del mismo modo de evangelización de Jesús: anunciar la buena noticia del Reino de Dios mirando a los individuos a los ojos, tanto en las parroquias, como hospitales, escuelas, en el lugar de trabajo o en las calles, en todas partes».
Con información de la Agencia Fides.