(InfoCatólica) Luego de que Pablo Duterte, hijo del presidente de las Filipinas Rodrigo Duterte, fuese acusado de estar vinculado con el tráfico de drogas, su padre ha advertido en un discurso público pronunciado el día de ayer en el palacio presidencial que permitirá que lo asesinen si hay evidencias que lo inculpen.
«Si tengo hijos que estén involucrados en las drogas, mátenlos. Así la gente no tendrá nada que objetar». «Le he dicho a Pulong: “Mi orden es matarte, si llegas a ser arrestado. Protegeré a la policía que se ocupe de matarte, si esto es verdad”».
El hijo del presidente de Filipinas, Pablo Duterte, se desempañaba como intendente de Davao cuando fue removido por una comisión del Senado bajo la acusación de estar vinculado con una organización criminal china que contrabandea metanfetaminas al país. En este contexto ya algunos críticos y diputados opositores han afirmado que tanto él como su familia tienen más de 20 años involucrados en actividades ilícitas. El senador Trillanes ha declarado que posee información, suministrada por servicios de inteligencia de un país extranjero, que probaría la vinculación de Pablo Duterte con el crimen organizado.
Contexto de la situación
Las declaraciones ocurren en medio de una campaña sangrienta de persecución por parte del presidente Duterte contra el tráfico de drogas, en la que ha permitido y fomentado linchamientos y asesinatos extrajudiciales que han cobrado la vida de más de 7.000 personas. En numerosas ocasiones la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas ha calificado la campaña como un verdadero «reino de terror», y aunque aboga por combatir el tráfico ilegal de drogas ha mostrado su preocupación por los asesinatos cometidos en esta campaña, y por la situación en la que quedan las familias de las víctimas. Por su parte, el presidente ha declarado que está «feliz de matar» a tres millones de drogadictos y ha definido como «daño colateral» el fusilamiento de niños perpetrado en la guerra contra la droga.