(Forum Libertas/InfoCatólica) Para contrarrestar la escasez de alimentos en los sectores más pobres de la población del país, especialmente entre los niños, los adultos y los enfermos, Cáritas Venezuela inició el programa «Ollas solidarias», lanzado oficialmente en febrero de 2017, con la Campaña «Compartir» que la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) realiza todos los años al inicio de la Cuaresma.
La iniciativa representa la respuesta inmediata de la Iglesia al problema de la desnutrición, aunque los obispos saben que el Programa no será suficiente para resolver el problema del hambre en Venezuela si el Estado no toma conciencia plenamente de este drama y permite un canal humanitario para la entrada de alimentos y medicinas.
Con el lema: «Ollas solidarias… todavía queda mucho por hacer», la iniciativa de Cáritas se arraigó en muchas iglesias y centros comunitarios del país. Sin embargo, cada vez es más difícil conseguir alimentos nutritivos para preparar comidas y satisfacer la demanda que aumenta cada día.
«Cada día, asistimos a más de 200 personas que reciben más de 5.000 litros de sopa con carne, pollo y verduras. Les servimos en la mesa, dando prioridad a los mayores y a los niños, asegurándonos de que todos tengan que comer», explicó uno de los colaboradores del sacerdote jesuita Raúl Herrera que están llevando a cabo la iniciativa de Cáritas en la parroquia universitaria «Epifanía del Señor» en la arquidiócesis de Caracas.
«Para nuestros comensales está claro que esta comida diaria no soluciona el problema subyacente, pero al menos puede mitigar el hambre», explicó el sacerdote.
Un reciente estudio –revela Cáritas Venezuela- registró un aumento en la tasa de desnutrición severa entre los niños menores de 5 años de edad y que el 60% de los 486 niños menores de 5 años pesados y medidos por Cáritas tienen déficit nutricionales.