(AsiaNews/InfoCatólica) La población japonesa local está disminuyendo a una velocidad jamás registrada desde 1968. Es lo que demuestran los datos publicados por el gobierno de Tokio el pasado 5 de julio.
El 1ero de enero, el número de japoneses era de 125.583.658, lo cual representa 308.000 menos que el año pasado. Por octavo año consecutivo, Japón registra una caída en su demografía.
Tal como había previsto el gobierno en diciembre, el número de nacimientos, por primera vez, no ha superado el millón, sino que se ha detenido en 981.202, cayendo un 2,9% en comparación al año anterior. Es el dato más bajo registrado desde que comenzó a tomarse nota del mismo, en 1974.
Las personas de 65 años de edad y por encima de ésta constituyen el 27,2% de la población total, y conforman el sector más grande de la sociedad, mientras que los jóvenes menores de 15 años representan sólo el 12,7%.
Aumento de residentes extranjeros
En cambio, en el caso de los residentes extranjeros, se registra un incremento del 6,9%, sumando en total 2.323.428. Este dato resulta significativo, si se tiene en mente la renuencia siempre ha mostrado Japón para abrirse a la inmigración. Muchos japoneses están orgullosos de su «homogeneidad cultural y étnica», incluso a pesar de ver reducida la fuerza laboral y de presenciar el envejecimiento de la población. Sin embargo, el gobierno ha incrementando los esfuerzos orientados a atraer estudiantes y trabajadores del exterior.
La población total del Japón, de casi 128 millones, que combina japoneses y residentes extranjeros, desde el año pasado tuvo una caída del 0,1%.
La Iglesia católica está muy preocupada por la situación. Para el año 2017, Tokio aprobó un presupuesto fiscal en el cual también se han contemplado incentivos para la crianza de los hijos.