(Actuall/InfoCatólica) Suecia empieza a desmoronarse ante la infiltración musulmana. Dos datos inquietantes: crece el número de barrios donde no rige la Constitución sino la ley islámica. Y -todavía más alarmante- el 70% de los agentes quieren abandonar la Policía porque están desmoralizados.
Sólo es cuestión de tiempo: Suecia precisará de una intervención de sus fuerzas militares. Y, es que, las «zonas de alta peligrosidad» por la aplicación de la ley islámica, conocida como sharia, ha crecido en Estocolmo de 55 a 62 en el primer semestre de 2017.
Así lo refleja un informe del gobierno sueco que recoge el diario Sharq al-Awsat que determina, además, que el aumento no sólo incluye el número en cantidad, sino también el tamaño geográfico de dichas áreas.
Ante esta situación, el comisionado de la Policía Nacional de Suecia, el rango más alto de esta institución, ha pedido a través de la televisión nacional colaboración: «Ayúdennos», ha detallado, tal y como recoge Infobae.
Advirtiendo de esta manera que las fuerzas policiales del país ya no pueden acceder a dichas zonas para sostener la ley.
«Es el final de la Suecia organizada»
En este sentido, un experto en investigación sobre países desestabilizados y ganador en 2011 de la Orden de la Medalla de los Serafines de Suecia, Johan Patrick Engellau, ha advertido por carta a la Comisión de Seguridad Migratoria de la Unión Europea sobre la gravedad de la situación.
«Me temo que es el final de la Suecia organizada, decente e igualitaria que hemos conocido hasta ahora. Personalmente, no me sorprendería si se produjera un conflicto en forma de guerra civil. En algunos lugares del país, la guerra civil probablemente ya ha comenzado, aunque la coalición de gobierno no parece haberse enterado», escribe Engellau.
No sólo los expertos denuncian esta situación, los medios de comunicación como 10 News han informado de que el país nórdico ha perdido grandes áreas a manos de grupos armados y religiosos descritos como milicias islámicas.
Los niveles de violencia no paran de crecer
De hecho, el jefe de la policía de la capital, Lars Alversjo, ha declarado que «hay niveles de violencia como nunca se vieron en el país y en varias zonas de Estocolmo que están quedando fuera de la esfera del Estado». Alversjo insiste en que «el sistema jurídico, pilar en toda sociedad democrática, está colapsando en Suecia».
Por su parte, el profesor e investigador sobre terrorismo y radicalización islámica del Colegio Nacional Sueco de Defensa, Magnus Ranstorp afirma que «en las zonas más peligrosas de la capital, grupos radicalizados de la comunidad islámica han tomado el poder en las calles y están implantando su propia ley».
Y ha concluido: «En esas áreas, el sentido de la justicia y la paz se ve amenazado por el hecho de que la policía se está desmoronando y todo empeoró desde principios de este año. Estocolmo y toda Suecia se encuentran en una situación desesperante».
Grupos que imparten la ideología del Estado Islámico
Además, el Servicio de Seguridad Sueco (Säkerhetspolisen) ha advertido de que en el país «cientos de islámicos que comparten la ideología del Estado Islámico se infiltran en el país», y en muchos lugares los funcionarios públicos solicitan escolta policial o protección para desplazarse a sus oficinas.
Incluso el servicio de seguridad ha denunciado que «unas 15.042 mujeres suecas han sufrido ataques sexuales durante el último año en zonas de la capital en que las autoridades admiten grandes áreas bajo la aplicación de la sharia».
La palabra que las autoridades suecas definan a estas zonas como Utenforskap, es decir, «áreas excluidas» en las que la ley sueca ha sido reemplazada por una mezcla entre la sharia y ley de pandillas de inmigrantes.
«La única razón por la cual aún no se ha producido un conflicto armado a gran escala en Estocolmo, probablemente tenga que ver con la alianza socialdemócrata-ecologista que gobierna Suecia y que pretende ignorar la gravedad de la situación y no está presentando ninguna resistencia real contra los islámicos», ha detallado Magnus Ranstorp.
Cuerpos de seguridad desmoralizados
El experto en terrorismo Enguellau va más allá y cree que los agentes no podrían hacer frente a las bandas que se forman alrededor de la sharia.
«Incluso si el Gobierno sueco decide enfrentarse a estas bandas criminales islámicas, Suecia no tendría la capacidad necesaria para revertir esta situación, su seguridad y fuerzas policiales han sido rebasadas».
Y añade: «El 70% de los agentes del orden del país están considerando dejar sus empleos en lo que configura una clara señal de que la fuerza policial está completamente desmoralizada. Los militares, en este país tradicionalmente pacifista, se reducen a casi nada, y no hay dinero para arreglar semejante problema».
Para Enguellau: «El Gobierno no parece entender que ha perdido el control. Hay un punto en el que ya no se puede detener el desarrollo de una situación». «No sé si Suecia ha llegado a ese punto por las consecuencias de la inmigración descontrolada, pero me temo que estamos ante un momento de desenlace trágico. El momento es tan grave que incluso si tomáramos una acción clara y poderosa que incluya detener la inmigración y la política del multiculturalismo, no sé si podríamos salvar a Suecia».
Lo cierto es que el gobierno Suecia está lejos de hacer frente a una situación así, ya que ni siquiera ha comenzado a hablar abiertamente sobre estos problemas. Sin embargo, el país pronto necesitará de la ayuda internacional.