(Actuall/InfoCatólica) La chica católica, que teme por la vida de sus amigos, fabrica rosarios con los perdigones que caen producto de la represión de policial del régimen del presidente Nicolás Maduro.
En la ciudad de Barquisimeto en Venezuela, una joven católica decidió hacer frente a la crisis que aqueja a su país fabricando Rosarios con los perdigones que caen producto de la represión de policial del régimen del presidente Nicolás Maduro.
Teme por la vida de sus amigos
Adriana López, quien recoge cada día los perdigones de las calles de su ciudad, aseguró a principios de junio a TVVenezuela Noticias, que teme ver a sus amigos «allá afuera y no saber si volverán a casa», y por ello confía en que esta «iniciativa muy buena que es el Rosario» les ayudará a volver a salvo.
El trabajo de fabricación lo realiza junto a su abuela: después de la recolección, calienta una aguja y perfora cada perdigón, luego introduce un hilo grueso para armar los Rosarios.
«Tú ves un perdigón y tiene demasiado significado. Representan cada una de las heridas que pudieron haber recibido los muchachos», añadió.
Contexto
En Venezuela, desde hace dos meses no cesan las protestas ante la insostenible crisis económica, la grave escasez de alimentos y medicinas; y las graves violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno.
El 1 de mayo el Presidente Nicolás Maduro convocó a una Asamblea Constituyente para modificar la Carta Magna promulgada por Hugo Chávez en 1999.
La medida fue fuertemente respondida por la oposición que señaló que la medida de Maduro se trata de un nuevo golpe de Estado y llamó a la población a mantener las protestas pacíficas en las calles.
Preocupación del Papa
El Papa Francisco ha mostrado en público en varias ocasiones su preocupación por el país. Por ejemplo, el 5 de mayo envió una carta a los obispos de Venezuela en la que aseguraba sentir un profundo dolor por la situación.
«Les aseguro que estoy siguiendo con gran preocupación la situación del querido pueblo venezolano ante los graves problemas que le aquejan, y que siento un profundo dolor por los enfrentamientos y la violencia de estos días, que han causado numerosos muertos y heridos, y que no ayudan a solucionar los problemas, sino que únicamente provocan más sufrimiento y dolor», manifestó el Pontífice en aquella ocasión.