(ACI Prensa) «Sería un egoísmo de mi parte que, dada la fragilidad de mi salud, por todos conocida, continuar con la conducción de esta Iglesia hasta los 75 años en que se invita a los Obispos a presentar su dimisión», afirmó en un comunicado el Arzobispo de 68 años.
Mons. Zecca fue ordenado obispo el 18 de agosto de 2011 y el 17 de septiembre de ese mismo año inició su ministerio pastoral como Arzobispo de Tucumán.
En su comunicado, el prelado informó que en febrero de este año se reunió con el papa Francisco y tuvo la oportunidad de hablarle del tema:
«Puse en sus manos la decisión. Él se mostró, como siempre, cercano, comprensivo y afectuoso y dispuesto a considerar el pedido con la ponderación que merecía».
Finalmente, el 19 de marzo, Solemnidad de San José, Mons. Zecca envió al Nuncio Apostólico la carta formal de su renuncia.
Aclaró que «si no presenté antes la renuncia –desoyendo el consejo médico– fue solo porque tenía el compromiso de la realización del XI Congreso Eucarístico Nacional cuya organización asumí desde el primer día de mi llegada a esta bendita tierra».
Pese a su renuncia, Mons. Zecca afirmó que se siente «con lucidez y fuerzas suficientes, y también con entusiasmo, para seguir sirviendo como obispo a la Iglesia en otras tareas».
«Será el Papa quien, finalmente, decida, cuál será ese lugar», aseguró.
«Mientras confío en que el Santo Padre acepte mi renuncia invito a todos a continuar, con el mismo entusiasmo y la misma fuerza, trabajando en las metas pastorales que, como presbiterio, nos hemos trazado», añadió
«Yo, por mi parte, me comprometo a cumplir plenamente mis funciones de gobierno hasta que sea designado mi sucesor», sostuvo.
«Tucumán necesita un pastor más sano y, por lo demás, nadie es imprescindible. Dios, en su providencia, hará que esta Iglesia reciba un pastor que, con más fuerza que las mías, pueda hacer frente a los ingentes desafíos que se nos presentan y que serán crecientemente exigentes en el futuro», concluyó Mons. Zecca.