(Zenit) Hablando con la comunidad del Colegio en la Sala del Consistorio, el Santo Padre les recordó que «tener una buena relación con la Virgen nos ayuda a tener una buena relación con la Iglesia», porque «las dos son madre».
Citó el comentario de san Isaac, abad de la Stella, que enseña: «Lo que se puede decir de María se puede decir de la Iglesia y también de nuestra alma». Porque las tres son madres y las tres dan vida. «Es necesario –insistió el sucesor de Pedro– cultivar una relación filial con la Virgen, porque si esto falta, hay algo de huérfano en el corazón».
«Un sacerdote que se olvida de la Madre –prosiguió Francisco– y sobre todo en los momentos de dificultad, es un sacerdote al que le falta algo. Es como si fuera huérfano aunque en realidad no lo es. Se ha olvidado de su madre».
Para reiterar la idea, el Papa señaló que «en los momentos difíciles un niño va hacia su madre, siempre». Y la palabra de Dios, concluyó, nos enseña a ser como niños que van a los brazos de su madre.