Vivían en adulterio pero decidieron vivir en castidad

Para no «jugarse» la vida eterna

Vivían en adulterio pero decidieron vivir en castidad

La advertencia de una corrección fraterna les hizo reflexionar sobre la importancia de vivir en gracia de Dios.

(REL/InfoCatólica) «Al principio de los cinco años que llevamos juntos, los dos primeros años estuvimos viviendo en pecado, porque Juan estaba casado y yo también… Conocimos a Nacho y Nacho me dijo: “Mira Juan, yo no me juego la vida eterna”. Y yo dije, este tío… tiene razón… »

«Al principio dormíamos juntos. Pero claro, la carne es la carne. Hasta que dijimos: la casa es grande y hay varios dormitorios, así que cada uno a uno. Luego ves cómo el Señor va haciendo. Es que, te pones en sus manos y Él va haciendo. Es solo dejarte hacer. Él va haciéndolo todo, todo, todo… El Sacramento del Matrimonio lo hemos palpado con las manos, porque ha sido tan grande y tan vivo en nosotros que incluso la relación entre nosotros ha cambiado muchísimo», es el testimonio de Juan Quero y que recoge Camino Católico.

Juan Quero y Elena Merino convivían en adulterio pero el encuentro con Cristo les llevó a tomar una decisión trascendental: vivir en castidad hasta el momento - si Dios llegaba a permitirlo - de poder celebrar su matrimonio por la Iglesia. Explican el testimonio de transformación de sus vidas en el programa «Cambio de Agujas» de H.M. televisión y este es un resumen de lo que cuentan que han vivido creciendo en el amor de Dios:

Juan Quero y Elena Merino son de Segovia (España) y son hoy marido y mujer. El 7 de enero de 2017 sellaron con su sí, a los pies del altar, la alianza matrimonial que les hacía una sola carne para siempre. Pero su camino no ha sido para nada fácil. Cuando se conocieron, uno y otro habían pasado ya por el altar y habían sufrido el fracaso de esa relación.

Familias de educación católica

Uno y otro nacieron en familias católicas y se educaron en colegios religiosos. Juan nunca perdió la fe, pero fue abandonando la práctica religiosa a medida que entraba en la adolescencia: «Siempre he tenido presente a Dios, pero no practicaba». Comenzó a trabajar muy joven y también muy pronto se casó, por la Iglesia porque eso era lo que se esperaba de él. De ese matrimonio nació un hijo. Diecisiete años después la familia se deshacía. Tras ese fracaso, comenzó otra relación también terminó igual que la anterior.

Elena se educó con las Hijas de la Caridad, y guarda recuerdos preciosos de la vivencia de la fe en los años de la adolescencia de la mano de las hermanas: «La infancia la recuerdo muy feliz, y muy cerca de Dios, de la Iglesia». También ella, al entrar en el mundo laboral, se fue enfriando a nivel religioso, aunque tuvo la suerte de que su madre, que era una mujer profundamente religiosa, la llevaba consigo a todas las peregrinaciones que hacía. Gracias a eso, un día en Lourdes, tuvo una experiencia muy importante en su vida: «Me puse a llorar como una Magdalena, y realmente me dije: Esto es lo que es. Esto es la verdad». Con todo, esa experiencia no la llevó a un cambio radical de vida.

Se casó con veintidós años, ya embarazada, pero cinco años después ese matrimonio se rompió: «En los momentos de bajón, cuando estaba con el agua al cuello, yo siempre me agarraba al Señor. Yo sabía que Él estaba ahí, y me daba la fuerza… Lo que pasa es que luego me veía con fuerza y me volvía a alejar». En esa situación, comenzó otra relación que duró otros cuatro años de la que nació un segundo hijo. Pero, pasados cuatro años, también esa relación fracasó.

Sus caminos se juntaron el día en que Juan –por motivos de trabajo- tiene que instalarse en Segovia y se pone a buscar piso. En la inmobiliaria le atendió Elena. Así se conocieron. Elena se compadeció de Juan, que no conocía a nadie en Segovia, y le ofreció salir con su grupo de amigos: «Yo, al principio –dice Elena- no pensaba nada con él, solamente amistad. Pero, en los momentos en los que estaba sola decía: Voy a llamar a Juan que está aquí solo. Me daba un poco de penilla. Estaba recién separado. Y yo decía: Yo he pasado por esto y es muy duro, le voy a llamar. Y le llamaba: “Venga Juan, vente a tomar unas cañas que he quedado con más gente”. Hasta que bueno… el día 25 de diciembre surgió el flechazo».

La fe les unió

De la mano de Elena, Juan vuelve a retomar la práctica religiosa. Es Juan quien nos lo cuenta: «En aquella época me había separado de mi segundo matrimonio, que era un matrimonio civil. Fue bastante traumático, y lo pasé bastante mal en aquella época. Elena me ayudó mucho. Y bueno, vamos a Fátima, vamos a Lourdes, y claro, a mí en eso sí que me tocó. (…) Íbamos mucho a Lerma, con la Hna. Leticia y compañía. Teníamos muy buena amistad con ellas y, a partir de ahí, es lo que dice Elena, no fue una conversión tumbativa, sino progresiva».

A pesar de comenzar a moverse juntos en ambientes religiosos, Juan y Elena convivían sin estar casados. Nos lo explica Elena: «Al principio de los cinco años que llevamos juntos, los dos primeros años estuvimos viviendo en pecado, porque Juan estaba casado y yo también. Pero luego, a raíz de un testimonio que nos dieron en un retiro, un chico que nos presentaron -sí es que todo es providencial- ese chico también estaba separado, y tenía una relación con una chica, pero estaba pidiendo la nulidad matrimonial. Nos habló a nosotros de hacer con nuestra vida lo mismo. Y yo, me hablaban de las nulidades matrimoniales y, al principio, como que no lo entiendes. Bueno, si yo ya estoy divorciada, qué más me da a mí vivir así que asa. Si yo ya estoy divorciada, de qué me sirve una nulidad matrimonial…»

Un segundo testimonio, de otra persona viviendo en castidad mientras tramitaba su nulidad, les volvió a remover. Juan continúa la historia: «Conocimos a Nacho y, nos sentamos a charlar los tres, y Nacho me dijo: “Mira Juan, yo no me juego la vida eterna”. Y yo dije, este tío… tiene razón…» Elena completa: «Al principio no, pero es como que se te queda algo ahí rumiando… hasta que dices: “A ver, a ver, ¿qué pasa aquí? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? A ver si me la estoy jugando…”»

De la mano de su director espiritual, tomaron la decisión de comenzar a vivir en castidad. No fue una decisión fácil: «Al principio fue difícil. Hasta que tomamos la decisión de que teníamos que vivir en castidad si queríamos hacer las cosas bien… pues nos costó. Al principio dormíamos juntos, pero con la condición de que no me mires, no me toques. Pero claro, la carne es la carne. Hasta que dijimos: la casa es grande y hay varios dormitorios, así que cada uno a uno».

A pesar de los momentos duros, el Señor iba trabajando en sus corazones y purificando su amor: «Luego ves cómo el Señor va haciendo. Es que, te pones en sus manos y Él va haciendo. Es solo dejarte hacer. Él va haciéndolo todo, todo, todo. Ha sido muy bonito, porque ha sido una purificación, y ves que el Señor con todo esto te ha estado purificando».

Juan y Elena son conscientes de la responsabilidad que tienen las Vicarias Judiciales de las Diócesis, encargadas de discernir si u matrimonio es nulo o no. Ellos lo tenían muy claro. Si sus matrimonios no eran nulos, si ellos dos no se podían llegar a casar por la Iglesia, terminarían su relación.

Por fin, llegó la boda

El día de su boda, el pasado 7 de enero de 2017, fue un día feliz. Elena dice: «Como el Señor nos había purificado tantísimo, esta vez yo sí que me casé sabiendo lo que quería hacer. La primera vez yo no tengo ni recuerdo ni conciencia de lo que era el matrimonio, de lo que era el sacramento. Es que el sacramento es muy importante, y si no lo haces conscientemente…»

Juan también vivió la ceremonia con mucha intensidad: «Estuvimos muy recogidos. La verdad es que, después de la Comunión, fue tremendo. Y después, han cambiado muchísimas cosas. La gracia del Señor yo la note y decía: “¿Y qué me ha pasado?” Y Elena me decía” ‘Esto es el Espíritu Santo”».

Elena añade: «Juan le decía al sacerdote: “Don Andrés, esto parece como que hubiéramos tenido una efusión del Espíritu Santo”. Y el sacerdote le respondió: “No es que lo parece, es que lo es. Es que el Sacramento del Matrimonio lo hemos palpado con las manos, porque ha sido tan grande y tan vivo en nosotros que…» «Que incluso la relación entre nosotros–afirma Juan- ha cambiado muchísimo».

Juan y Elena no se sienten súper héroes por haber vivido tres años en castidad. Lo que sí que tienen claro, es que si tuvieran que repetirlo lo repetirían, porque no se puede hacer daño a alguien que amas, y el pecado –en concreto en ellos el pecado de adulterio- daña a tu pareja, a la que amas, y daña al Señor, al que debes amar también.

Consejos para parejas

A parejas que pueden encontrarse ahora en la misma situación que ellos tenían en los primeros años de su relación, les dicen: «Yo les diría que confíen en el Señor, porque igual que nosotros hemos podido, todo el mundo puede hacerlo. No hemos podido solos, eso que conste. Pero cuando te pones en las manos de Dios, y de la Madre la Virgen, tú les pides ayuda, y ellos están ahí para ayudarte. Y claro, si yo no estoy casada por la Iglesia, yo no puedo acercarme a recibir el sacramento de la Eucaristía, no puedo comulgar. Entonces, como yo les digo, si no hacéis eso (vivir en castidad) comulgad espiritualmente. No tenemos que hacer daño al Señor. Es que con ese pecado al Señor le hacemos mucho daño, a la vez también nos lo hacemos a nosotros.

Cuando amas a alguien no quieres hacerle daño, y si amas al Señor tienes que hacer las cosas bien. No cuesta nada. Y Él siempre te está ayudando. Eso lo hemos notado. A ver, al principio caíamos, pero siempre nos levantábamos. Ahí está el sacramento de la confesión, de la reconciliación, y luego también nos hemos rodeado de mucha gente de Iglesia, sacerdotes, hermanos de oración que nos han apoyado muchísimos con sus oraciones. Y eso te da la fuerza, el impulso para seguir. Es abandonarte en el Señor, Señor lo que Tú quieras haz conmigo, es olvidarte en sus manos y confiar»

12 comentarios

chico
Dios es un perro de caza. A éstos los ha perseguido por todos lados hasta que los ha cogido. "Al que Dios se la dio , San Pedro se la Bendiga ". ¿ quién puede entender los planes de Dios ?.
6/05/17 9:24 PM
Maria Elia Neri
Ojalá esto sirva para todos los que dicen:***no se puede*** Sí, si se puede...para Gloria de Dios ...
6/05/17 11:34 PM
Carlos
Tan fácil es la nulidad, no entiendo. Entonces todos a hacer y ya. No puede ser que el sacramento quede nulo por circunstancias. Dios nos bendiga.
6/05/17 11:52 PM
Qué difícil esta situación. Yo estoy pasando por un divorcio espiritual, y no estoy de acuerdo en la anulación del matrimonio. Ya que el día en que yo me casé savia lo que hacía y todos los retos que vendrían luche aguantando muchas situaciones. Pues es en las buenas y las malas
No me gustaría que me lo anularan pues es el padre de mis hijos y el sacramento es imborrable
Bendiciones
7/05/17 4:09 PM
gaby
A las personas que no quieren su nulidad porque creen que su Sacramento fue conciente les diria que rezen por sus esposos o esposas para que Cristo los una nuevamente o quizas Dios te quiere Sola o solo llevando la Cruz de una separacion..por eso Elena dice no todos los matrimonios se pueden anular...siempre busquen sacerdotes santos que los puedan aconsejar...la paz..
7/05/17 4:33 PM
Xyop
Lo que muchos ,aquí, están olvidando es que el sacramento no se anula , más bien se declara nulo, es decir un sacramento debe darse en gracia , si por alguna razón los bautizados no estuvieron en gracia el día del matrimonio, entonces no se efectuó tal matrimonio... eso es todo lo que se hace, no entiendo porque no lo entienden... es muy sencillo y no hay nada que juzgar... pues la misma fe y la gracia de Dios te dan el don de sabiduría y entendimiento... dejen ya de criticar a los que buscan hacer un sacramento matrimonial con plena conciencia de la gracia que una vez no tuvieron y por eso su matrimonio no pudo dar fruto.. todos los de buena voluntad merecen otra oportunidad y Dios es quien se las da no los hombres que no dejan de hacer juicios como si tuvieran esa autoridad!!!!
7/05/17 4:42 PM
Yo tengo 16 separada de mi esposo fue por infidelidad que me separé de él y fui a buscar la felicidad en brazos de otro hombre lo celos la rabia y la condición me segaron total mente al paso del tiempo y acercándome a un grupo católico comence a experimentar ciertas cosas en mi vida empecé a sanar eridas al paso del tiempo el hombre que yo había abandonado yo ya lo había perdonado y me di cuenta en el momento que sanaron mis heridas y perdono a mi esposo me doy cuenta de que yo había cometido un error garrafal porque trate por mucho tiempo de amar al hombre conquien yo viví por mucho tiempo y no pude apesar de que el se entregó total mente estoy en manos de Dios espero en el y quiero su misericordia no se que hacer lo único que si se esque cuando vivía con mi esposo apesar de todos los problemas que teníamos en medio de tantas dificultades yo era feliz cosa que no e podido lograr ahora que vivo con este hombre solo una cosa talvez pensé dejar sin dejar que Dios actuará en mi vida y ice mi voluntad y ahora estoy pagando caras las consecuencias mi matrimonio si se puede anular pero pienso en Dios y digo pero el que es Loque el quiere???
7/05/17 7:01 PM
Dará Natalia
Dios es muy claro y el Sacramento del matrimonio es para siempre,"LO QUE DIOS HA UNIDONO LO SEPARE EL HOMBRE" la nulidad del matrimonio se da en casos muy especiales ejemplos: Cuando alguno de los cónyuges sufre enfermedad grave como VIH,cáncer terminal o enfermedad venérea contagiosa y por ello o se consuma el matrimonio,casarse bajo engaño, otra es por no haberse casado en la gracia, es decir que alguno de los dos no tenga sus sacramentos: bautizo,confirmación y comunión.Ahora bien, si leemos elcatesiso de la Iglesia nos daremos cuenta que bajo ninguna otra circunstancia puede declararse nulo el sacramento del matrimonio. No nos dejemos engañar porque el enemigo de Dios se ha metido dentro de la Santa Iglesia disfrazado de cordero pero es lobo rapaz. Oremos sin cesar para que el Divino Espíritu Santo nos conceda sus Sagrados Dones y guíe a nuestros pastores sin equivocación alguna. Un fraternal abrazo.
8/05/17 12:40 PM
Magui de Santos
Sii, es un poco confuso para nosotras las personas que conocemos poco de la fe católica,y entre lo que el evangelio dice recuerdo que cristo es contradicción para algunas personas. solo nos queda hacer hasta lo último por cumplir la palabra del señor.
8/05/17 8:25 PM
Mima Mimi
tengo 30 años de casada con mi esposo, tenemos 3 hijos ya mayores, tenemos 50 añosde edad, he luchado por 5 años para poder casarnos por la Iglesia pero él NO quiere, sufro mucho por eso porque no quiero seguir en pecado yhe decidido vivir en castidad, me pasé a otra habitación de la casa, estoy por hablar con el sacerdote, que opinan, obligarlo a casarse no puedo, pero tampoco quiero morir en pecado.
8/07/18 5:03 PM
Jonathan J Pilier
Mima Lo estas haciendo bien.... El pecado embroma a uno.
24/02/19 1:53 AM
Pedro Avalos
La verdad es como vivir a medias, si quieren vivir en gracia de Dios entonces no vivan juntos ni aunque hayan prometido castidad
Creo que este no el camino correcto, no es un buen ejemplo absolutamente. DLB
14/05/20 9:27 PM

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