(AsiaNews/InfoCatólica) «La inminente beatificación de la hermana Rani María es una bendición para la Iglesia india». Lo afirma el Card. Alencherry, jefe de la iglesia siro-malabar, comentando la noticia que la Congregación para las causas de los santos terminó el proceso de verificación y dio el «nihil obstad» para la beatificación de la franciscana. El cardenal agregó que «la decisión del papa Francisco de declarar beata a la hermana Rani es un momento de gran alegría para toda la iglesia en India».
La noticia había circulado en los días pasados y fue confirmado ayer. El p. Jimmy Poochakkatt, vocero de la Iglesia siro-malabar, refiere que el Papa «firmó la recomendación del colegio de los cardenales» mientras que la fecha en la cual se realizará será anunciada a continuación. Una nota oficial de la iglesia agrega que después de la beatificación la hermana será declarada «mártir».
Historia de su martirio
El 25 de febrero de 1995, la franciscana clarisa fue asesinada a la edad de 41 años con 54 cuchilladas por un radical hindú, fomentado por los jefes del pueblo que querían bloquear la actividad de la hermana en favor de los pobres tribales.
Había nacido en Kerala, la joven hermana se transfirió a la diócesis de Indore (en Madhya Pradesh) para trabajar al servicio de la población pobre local, en su mayoría tribal. La misionera ofreció su vida en favor de los habitantes de los pueblos, para los cuales había logrado obtener de parte de los bancos líneas de crédito y facilitaciones para cultivar los terrenos.
Creó grupos de apoyo para las mujeres y también ayudó en los trabajos más difíciles, como la construcción de un pozo que permitiese utilizar agua no contaminada para beber y regar los campos.
Su obra social se volvió «incómoda» para los jefes del pueblo hindú, los cuales precedentemente tenían en jaque a los tribales con la concesión de préstamos. En el caso en los campesinos no lograsen restituirlos, ellos se apoderaban de las cosechas y de los terrenos. Las líneas de crédito «oficial» obtenidos por la hermana Rani María eran de obstáculo a los comercios de los jefes del pueblo hindú, tanto que decidieron fomentar y armar a un pobre hindú, Samuder. Él, seguro y contando con el apoyo de ellos, realizó el homicidio de la hermana delante a decenas de testigos, mientras se encontraba en un autobús que se dirigía a su casa de origen.
Su familia perdona al asesino
Pero, inmediatamente después del asesinato fue abandonado por su familia y por aquellos que lo habían usado para asesinar a la hermana. El único que le quedó a su lado, fue un sacerdote indio, Swamy Sadanand, que lo puso en contacto con la familia de origen de la hermana Rani. A AsiaNews la hermana Selmy Paul, hermana de la mártir, narró la historia de su familia y de cómo la misericordia de Dios haya obrado sobre ella y sus hermanos para llegar a perdonar al asesino. La que desde el principio recibió y acogió, sin condiciones al pobre tribal hindú, fue la madre de la misionera, que a la pregunta de la hermana Selmy sobre lo que haría si lo hubiese encontrado, ella respondió. «Besaría sus manos, porque sobre ellas está la sangre de mi hija».
La beatificación es la penúltima etapa hacia la canonización. La causa inició en 2003; cuatro años después fue declarada Sierva de Dios.
