(InfoCatólica) El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dio a conocer el programa de financiación de los anticonceptivos y el aborto durante el pasado Día Internacional de la Mujer.
Trudeau, que dice ser católico, justificó la medida con el argumento de que «a las mujeres del mundo se les niega el control legal sobre sus cuerpos y la salud reproductiva»
El cardenal Collins ha escrito una carta al jefe de gobierno en la que «simplemente le recuerdo a usted y sus colegas que no tenemos ningún derecho a menos que exista el derecho a la vida»
El purpurado critica a Trudeau por sugerir la idea de que una mujer no puede desarrollar todo su potencial si no se le facilita el acceso a la anticoncepción y el aborto.
El arzobispo de Toronto acusa también al gobierno canadiense de colonización ideológica de los países a los que va destinada la ayuda económica:
«Es arrogante que las naciones poderosas y ricas dicten qué prioridades deben adoptar los países en desarrollo»
El purpurado sugiere otro destino para ese dinero, si lo que realmente se quiere es promocionar a la mujer en los países más necesitados:
«El dinero para la promoción del aborto y la anticoncepción podría ser gastado en la vacunación de millones de mujeres y niñas contra la malaria u otras enfermedades. 650 millones de dólares podrían ayudar a construir muchas escuelas o universidades, instrumentos para el conocimiento y la formación de futuras líderes femeninas de nuestro mundo».