Los obispos piden a Estados Unidos mostrar compasión por los inmigrantes

Ante las medidas del presidente Trump

Los obispos piden a Estados Unidos mostrar compasión por los inmigrantes

Los líderes de la Iglesia Católica en Estados Unidos pasaron la semana del 6 al 10 de marzo tratando de calmar los temores, exhortando a la compasión del gobierno.

(CNS/InfoCatólica) Mientras un arzobispo católico estaba instando a corregir las leyes de inmigración del país ante una multitud católica, otro estaba pidiendo al gobierno que no separara a las madres de sus hijos mientras se encontraban en detención de inmigrantes, y otro cardenal estaña acompañando a un abuelo a una cita que podría haber resultado en su deportación.

Los líderes de la Iglesia Católica en Estados Unidos pasaron la semana del 6 al 10 de marzo tratando de calmar los temores, exhortando a la compasión del gobierno.

«En la iglesia, decimos “¡Somos familia!” Los inmigrantes son nuestra familia y decimos: “En las buenas y en las malas”. En los buenos tiempos y en los malos, siempre estamos juntos», dijo el arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, en una conferencia del 8 de marzo a los que asistieron en el Instituto Napa en Washington.

«Es por eso que la iglesia siempre ha estado en el centro de nuestros debates sobre la inmigración, y siempre lo estaremos, no podemos dejar a nuestra familia sola, sin voz».

El arzobispo Gómez, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, dijo que «tener una política que se centra exclusivamente en las deportaciones sin abordar la reforma del sistema de inmigración corre el riesgo de causar una pesadilla de los derechos humanos».

Dijo que no es moralmente aceptable decir: «es su culpa», o «esto es lo que obtienen por quebrantar nuestras leyes».

«Aún así son personas que son hijos de Dios, aunque hayan hecho algo mal», dijo el arzobispo Gómez.

Dijo que estaba preocupado porque la gente parecía ser incapaz de mostrar misericordia, o ver en otra persona, por ejemplo, un inmigrante ilegal, un hijo de Dios.

«Y así estamos dispuestos a aceptar injusticias y abusos que nunca debemos aceptar», dijo.

Petición de los obispos

En Texas, el arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio estaba pidiendo al gobierno que suspendiera los planes para separar a los niños de las madres en los centros de detención de inmigrantes, una propuesta confirmada por el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, John Kelly, el 6 de marzo.

«Con mis hermanos obispos y millones de personas de buena voluntad, debo decir que la separación de las familias es una terrible injusticia» Dijo en un comunicado del 8 de marzo, agregando que es «un asalto a la dignidad humana que proclamamos y defendemos».

Arzobispo Gómez en su discurso dijo que la política hoy en día están más dividida «de lo que puede recordar» y afirmó que «por nuestra inacción e indiferencia hemos creado una tragedia en derechos humanos que se está reproduciendo a lo largo de todas las comunidades de este gran país».

Explica que si bien todos estamos de acuerdo en que un inmigrante que comete un crimen violento no está autorizado para estar en el país y debe ser deportado, «¿cuál es el propósito de política pública que se sirve mediante la deportación del padre de alguna niña o la madre de un chico pequeño?», preguntó el arzobispo Gómez.

«En este momento, lo único que tenemos que se asemeja a una política nacional de inmigración se centra en deportar a estas personas que están dentro de nuestras fronteras sin papeles adecuados», dijo.

Y mientras algunas personas las ven como menos que humanas, estos «millones de hombres y mujeres» están viviendo como «servidores perpetuos - trabajando por los bajos salarios en nuestros restaurantes y campos, en nuestras fábricas, jardines, casas y hoteles».

«¿Por qué no estamos castigando a los negocios que los contrataron, o a los funcionarios del gobierno que no hicieron cumplir nuestras leyes? Simplemente no me parece correcto», dijo el arzobispo Gómez.

Antecedentes

Aunque dijo que la situación de expulsión no es nueva y que el presidente Barack Obama había deportado a más personas que cualquier otro presidente, «la triste realidad es que la gran mayoría de los que estamos deportando no son criminales violentos», dijo.

La semana terminó con el cardenal Joseph W. Tobin, de Newark, Nueva Jersey, que acompañaba a un abuelo de 59 años en Nueva Jersey, Catalino Guerrero, que se enfrentaba a la deportación después de vivir en Estados Unidos durante 25 años. El cardenal Tobin rezó con Guerrero, a quien posteriormente se le concedió una estancia de corta duración, pero necesita ver a funcionarios de inmigración nuevamente en mayo y todavía se enfrenta a la deportación.

Según un informe de NJ Advance Media, el Cardenal Tobin dijo más tarde: «No puedo acompañar a los 11 millones de indocumentados en este país, lo que espero hacer es invitar a mirarles, pues tienen tienen caras, tienen historias, y no debemos dejarles solos».

5 comentarios

Pepito
Dios hizo todas las cosas con número, peso y medida. Así la política de emigración también debe ser hecha con prudencia y no admitir a lo loco a todos los emigrantes. Una caridad o compasión que no se rija por la virtud de la prudencia no es verdadera caridad ni compasión y hace daño tanto a los emigrantes como a la población autóctona. Señores Obispos de EEUU, tengan prudencia y no se crean que todo el monte de la emigración es orégano.
12/03/17 7:53 PM
De acuerdo, hay que ser compasivos, pero también hay que ser competentes y saber lo que se lleva entre manos. En esto la mayoría de ciudadanos estamos de acuerdo: El que que vengan inmigrantes pero con papeles y con un trabajo acordado o con posibilidades de ser acordado. Lo que muchos no estamos dispuestos a tragar, es que por culpa de tiranos, dictadores y mafias organizadas, irresponsable e incompetentes en su cargos, se esté abocando gente fuera de sus países por las bravas, pues este remedio es peor que la enfermedad, ya que origina una peor situación para estos inmigrantes y desestabilizan a los países para desarrollarse y crear nuevos puestos de trabajo. (No entro en los cientos de aspectos que esto conlleva pero supongo que se me entiende). A ver si la jerarquía de la Iglesia, toca más de pies en el suelo, y dejan de hacer fáciles retóricas sentimentaloides y falsamente victimístas. Que con eso no se arregla absolutamente nada.
12/03/17 9:07 PM
Gilberto Laporré
Nada, que los acojan a todos en sus palacios episcopales...No hay peor ciego que el que no quiere ver.
12/03/17 9:57 PM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
«En la iglesia, decimos “¡Somos familia!” Los inmigrantes son nuestra familia y decimos: “En las buenas y en las malas”. En los buenos tiempos y en los malos, siempre estamos juntos» Excelente punto de vista. Y, para llevarlo a la práctica, que cada uno de los obispos peticionarios lleven, por lo menos, 30 inmigrantes a los lugares donde ellos habitan. No que destinen determinados lugares para acogerlos, que los acojan en su propia casa. No se trata de "has lo que yo digo, no lo que yo hago", sino "según lo que yo haga, has tú".. A ver si de una vez por todas nos dejamos de tanta palabrería y nos ponemos a actuar como personas serias.
13/03/17 1:51 AM
María
Eso los jesuitas y otras órdenes religiosas tienen montones de universidades y conventos, que los introduzcan allí y los mantengan ellos, que no los necesitan yestándemasiado ociosos perjeñando herejías, que nos den ejemplo,pero primero ellos. Seguro que estos obispos están llenos de la alta tecnología, de móviles, ordenadores viajes a Roma a zascandilear, ¡haced lo que yo hago no lo que yo digo!
13/03/17 8:14 AM

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