(AsiaNews/InfoCatólica) China Change publicó una carta firmada por Wang Qiaoling, Li Wenzu, Chen Guiqiu, Jin Bianling, que ha traducido y publicado AsiaNews.
La carta fue entregada al senador de los EEUU Marco Rubio y al diputado Chris Smith, co-presidentes de la Comisión congresual ejecutiva sobre China, al diputado James Mc Govern y Joseph Pitts, co-presidentes de la Comisión Tom Lantos por los derechos humanos del Congreso de los EEUU, a la Canciller alemana, Angela Merkel, al presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, al ministro de Relaciones Exteriores Sigmar Gabriel, al presidente francés François Hollande y al primer ministro francés Bernard Cazeneuve.
Contenido de la carta:
Os agradecemos por vuestra notable atención hacia la situación de los derechos humanos en China, sobre todo en lo que se refiere a los «abogados del 709» que fueron tomados como blancos desde el 9 de julio de 2015 hasta el día de hoy. El caso se inició con una desaparición masiva de abogados, que fueron privados de su derecho a contar con la defensa de un abogado y se los obligó a realizar confesiones forzadas. Después de un año y siete meses todavía hay cuatro abogados, Xie Yang 谢阳, Jiang Tianyong 江天勇, Wang Quanzhang 王全璋, Li Heping 李和平) y el activista Wu Gan (吴淦) que siguen detenidos. Recientemente, nos llegaron noticias sobre las torturas que han sufrido durante su encarcelamiento.
Desde setiembre 2016 en adelante, dos de los que suscriben (Li Wenzu 李文足 y Wang Qiaoling 王峭岭)) se reunieron con cuatro personas pertenecientes al grupo de los 709 detenidos, que ahora han sido liberados, para aprender de sus experiencias durante su reclusión. A causa de las muchas exhortaciones recibidas, guiadas por el miedo a las repercusiones que podría tener esto hacia ellos mismos y hacia sus propios familiares, los datos que figuran a continuación no hacen referencia a personas específicas.
La mayor parte de los 709 abogados y de los ciudadanos arrestados fueron colocados y torturados durante seis meses en centros de detención de los cuales no se conoce la ubicación, y que son conocidos como «vigilancia residencial en una localidad designada». Aquí enviamos un resumen de los principales tipos de tortura que tuvieron que sufrir.
Consumo de medicamentos por la fuerza.
Prescindiendo de las condiciones de salud, a los detenidos se les suministraban fármacos. Normalmente se trataba de fármacos para la hipertensión. Otros remedios incluían tranquilizantes o barbitúricos de diverso tipo y psicofármacos. De los cuatro ex –detenidos entrevistados, la persona que consumía menos fármacos era obligada a ingerir dos píldoras al día -con la excusa de que se trataban de medicinas para el tratamiento de la hipertensión (pese a que gozaba de buena salud y no sufría de hipertensión). La persona que consumía más fármacos era obligada a ingerir 20 píldoras al día, que incluían barbitúricos, psicofármacos y otros fármacos no identificados que provocaban aturdimiento y confusión. Las víctimas eran obligadas a consumir fármacos o bien eran engañados para que las ingirieran.
Maratón de interrogatorios y privación del sueño.
Agotadoras sesiones de interrogatorios eran casi obligatorias para los 709 detenidos. Ellos eran despertados constantemente para responder a preguntas y se les impedía dormir. Mientras que los encargados de los interrogatorios se turnaban para las sesiones nocturnas, a los detenidos, que estaban agotados, se los empujaba, golpeaba o se les daba bofetadas en los oídos para que se mantuvieran despiertos. Las víctimas eran obligadas a sentarse en una sola posición sobre un taburete y cuando estaban a punto de dormirse eran despertados bruscamente. Los métodos de tortura son infinitos.
Palizas, torturas en las piernas y waterboarding.
Ser castigados estaba a la orden del día. La peor tortura era la de las piernas, ejecutada por los guardias. Los prisioneros, sentados en el suelo, eran obligados a apoyar las piernas sobre una barra de metal colocada a unos 30 cm del suelo. Otra barra les pasaba entre las tibias mientras una persona se sentaba en la extremidad. Si la víctima no confesaba, se le agregaba peso a la barra causando dolores atroces. Los prisioneros también eran encerrados en jaulas sumergidas en el agua y dejados allí durante siete días, con el cuerpo totalmente sumergido y sólo se les dejaba un pequeño espacio para poder respirar. Cuando los detenidos intentaban dormirse, las ratas se acercaban mordiéndolos en la nariz y en las orejas.
Amenazas a la vida, a la libertad y a las familias.
La vida y la libertad de sus esposas e hijos fueron siempre amenazadas. Uno de los hijos de los prisioneros fue tomado bajo custodia por algunos funcionarios de la seguridad pública, que amenazaron con arrestarlo en caso de que el prisionero no confesase. En otras ocasiones, el padre y el hermano de uno de los prisioneros fueron arrestados y mantenidos en custodia hasta tanto el prisionero hubiese confesado.
Estos son algunos de los tipos de tortura utilizados. Cuando oímos todo esto por primera vez, quedamos realmente en estado de shock. Un súper poder, que pertenece a un país que se describe a sí mismo como responsable y «gobernado según la ley», lleva adelante terribles actos de tortura contra un grupo de abogados. Acto seguido, tras haber reflexionado, hemos entendido que este es sólo el modus operandi normal del gobierno chino.
En julio de 2007, Li Heping fue secuestrado por funcionarios del orden público y torturado con electroshock hasta perder el conocimiento. En febrero de 2011, Jiang Tianyong desapareció y fue torturado por dos meses. En junio de 2015, Wang Quanzhang, mientras llevaba adelante sus tareas como abogado en un tribunal, fue abofeteado casi 100 veces por oficiales del poder judicial. La tortura y los abusos sufridos por Xie Yang ya han sido detallados por sus abogados, y parte de ellos figuran como anexo a este mensaje. La descripción de estos hechos representa la verdadera cara del gobierno chino –un gobierno que saquea, mata y destruye a los ciudadanos chinos comunes.
Esperamos que ustedes puedan unirse a nuestra iniciativa global para denunciar y condenar estos actos de tortura por parte del gobierno chino y que apelemos a las autoridades chinas para investigar y perseguir a los culpables y a los demás responsables. Estos abogados que defienden los derechos humanos son el orgullo de China y debieran ser inmediatamente liberados.
¡Gracias a todos!
Sus amigos sinceros,
Wang Qiaoling (esposa de Li Heping)
Li Wenzu (esposa de Wang Quanzhang)
Jin Bianling (esposa de Jiang Tianyong)
Chen Guiqiu (esposa de Xie Yang)
(Las identidades de la mayor parte de los familiares de las víctimas del 709 deben permanecer en el anonimato, puesto que se les ha advertido que no deben hablar por sus seres queridos)
Anexo: Las torturas sufridas por Xie Yang
Los principales clientes de Xie Yang eran campesinos del área rural a los cuales el gobierno les ha demolido la casa y los ha forzado a emigrar a otra parte del país. Él fue arrestado el 11 de julio de 2015, y durante 16 meses se le prohibió ver a su letrado. En el mismo período, al abogado Xie Durante dicho período, al abogado de Xie se le prohibió estudiar el caso. A su primer abogado defensor, Lin Qilei () jamás se le permitió reunirse con él o leer el expediente de su cliente. Recién el 21 de noviembre de 2016, a su nuevo abogado Zhang Zhongshi (张重实) le fue permitido reunirse, pero Xie fue obligado a despedir a Lin Qilei. El 16 de diciembre, el caso fue trasladado a la Corte de apelaciones municipal de Changsha.
Desde su arresto ocurrido en la mañana del 11 de julio de 2015, y hasta la medianoche del 12 de julio –un total de 40 horas- fue privado del sueño. Al inicio del día siguiente, comenzó un interrogatorio de 7 días de duración, durante el cual sólo se le permitió dormir 9 horas. Todo esto va mucho más allá de lo que una persona pueda soportar. La privación del sueño llevó a Xie Yang al agotamiento nervioso.
Durante los seis meses de detención forzada, Xie Yanfg fue obligado a sentarse sobre una pila de taburetes de plástico, dejando caer sus piernas en el vacío. Una de las piernas de Xie, que estaba herida, se hinchó de tal manera que él quedó prácticamente tullido. Cada día, durante la larga sesión de interrogatorios, padecía golpes, amenazas, insultos, gritos, y se le arrojaba humo a la cara. Incluso cuando su cuerpo temblaba y sudaba de frío es un evidente estado febril y de sufrimiento, los agentes de la seguridad nacional lo golpeaban hasta hacerlo caer, y cara abajo, le presionaban el pecho, sofocándolo y golpeándolo hasta la conmoción cerebral. Todas las observaciones realizadas por los agentes giraban en torno a tres temas específicos: que la víctima no tenía dinero, quería adquirir notoriedad y que quería oponerse al Partido y al socialismo. Él fue empujado casi hasta la muerte, pero los agentes lo dejaron vivo para poder prolongar su tormento, Mientras lo torturaban, los agentes trataban de persuadirlo para que colaborara y brindara detalles sobre sus colegas a cambio de recompensas. Cuando ellos no lograban convencerlo, amenazaban la seguridad y la vida de su mujer y de su hijo o el trabajo de sus amigos y familiares, en un intento por dominarlo. Todos los informes generados durante los interrogatorios son falsos. Los agentes los han escrito y han hecho firmar a Xie Yang sin la posibilidad de reclamar cambios y torturándolo en caso de negarse a firmar.
Durante el año transcurrido preso en el centro de detención, funcionarios y guardias estuvieron muy encima de Xie Yang, con la intención de hacerlo confesar. Prohibieron a todos los prisioneros tener cualquier tipo de contacto con él. No se permitió a nadie hablar con él, ni darle o prestarle nada. Ni siquiera jugar a las cartas, al mah jong, al ajedrez, ni concederle ningún tipo de esparcimiento. Se le prohibió usar el dinero que poseía en su cuenta bancaria, con lo cual durante mucho tiempo no pudo comprar dentífrico ni papel higiénico. El ministerio público y la policía usaron los interrogatorios como excusa para hacerlo confesar, impidiéndole ver a un abogado y amenazándolo con que no debía decir una sola palabra sobre las torturas.