(AsiaNews/InfoCatólica) Las autoridades filipinas hoy dispusieron el arresto de Leila de Lima, senadora y feroz opositora del presidente Duterte, con la acusación de tráfico de drogas. De Lima, que anteriormente se desempeñó como comisario de derechos humanos y justicia, ahora corre el riesgo de enfrentarse a una pena de cadena perpetua.
La senadora y sus abogados rechazan duramente las acusaciones, y afirman que ella es víctima de una maquinación orquestada por el presidente filipino, con el propósito de silenciar o intimidar a cualquiera que critique su accionar y la brutal guerra contra la droga que lleva adelante y que desde el inicio de su mandato ha provocado la muerte de más de 7.000 personas.
Leila De Lima fue arrestada formalmente esta mañana, tras haber pasado la noche en su despacho con vigilancia policial. La senadora, al hacer algunas declaraciones ante los periodistas que la esperaban afuera de oficina en el Senado, afirmó: «Es un honor ir a prisión por algo en que creo. Por favor, recen por mí». «Como he repetido varias veces –prosiguió De Lima- soy inocente. No hay nada de verdadero en las acusaciones dirigidas contra mí, que habría beneficiado el tráfico de droga o que habría favorecido a las personas detenidas por casos de droga».
La senadora contraataca: «La verdad saldrá a la luz cuando llegue el momento. No lograrán silenciarme ni frenar mi lucha por la verdad y la justicia, contra los asesinatos cotidianos y la represión del régimen de Duterte».
El 21 de febrero pasado, De Lima había definido a Duterte como un «asesino serial sociópata» y había invitado a sus conciudadanos a hacer frente a la guerra contra la droga que ha emprendido el presidente filipino.
El arresto pretende poner un freno a la campaña que la senadora De Lima lleva adelante desde hace décadas, para exponer a Duterte como líder de los escuadrones de la muerte durante su mandato como intendente de la ciudad de Davao y, luego, como presidente.
En el mes de agosto, Duterte había acusado a De Lima de formar parte de una asociación ilícita dedicada al tráfico de drogas, en conjunto con delincuentes que se hallan en la prisión más grande de la nación, durante el periodo en el cual la senadora se desempeñaba como secretaria de Justicia, en el gobierno anterior. En los meses que vinieron después, el presidente comenzó una campaña personal destinada a desacreditar a su opositora.
La semana pasada, la senadora fue notificada de tres cargos de imputación, y anoche las autoridades filipinas emitieron una orden de arresto. De Lima primero intentó eludir a la policía buscando refugiarse en su despacho del Senado, pero en las primeras horas de la mañana decidió entregarse a los policías, que, armados, custodiaban el edificio.
Los obispos Filipinos también se han opuesto al presidente y sus ejecuciones extrajudiciales, acusándole de llevar a cabo un «reino del terror».