(LifeSiteNews/InfoCatólica) En una entrevista exclusiva con LifeSiteNews, el cardenal Zen afirmó que ha sido instado a hablar por los católicos chinos que no tienen libertad para expresarse. Sacerdotes y obispos de la iglesia clandestina y subterránea que han sido encarcelados por su fidelidad y adhesión a la Santa Sede, en vez de someterse a la iglesia patriótica aprobada por el gobierno comunista.
El cardenal Zen, obispo emérito de Hong Kong y el prelado de más alto rango de China, está pidiendo al Vaticano que no «venda» a los católicos de China mediante un acuerdo con el gobierno comunista.
Tal acuerdo permitiría al gobierno chino nombrar obispos para que el Papa acepte o rechace, lo cual significaría esencialmente la aceptación por el Vaticano de la Iglesia controlada por el gobierno en China.
El gobierno chino quiere una «rendición total» de la Iglesia, dijo Zen a LifeSiteNews, a pesar de que tal acuerdo puede parecer darle al Papa algún poder.
La Iglesia Católica en China opera de manera clandestina. El gobierno dirige la Asociación Católica Patriótica China, una iglesia falsa de clérigos aprobados y supervisados por el comunismo. Los obispos de la iglesia clandestina, que siempre han sido leales al Papa y no al gobierno comunista, se enfrentan continuamente a persecuciones y encarcelamiento.
Problemas de un acuerdo con las condiciones previstas
Zen afirma que un acuerdo del Vaticano con el gobierno chino perjudicaría la credibilidad de la Iglesia. Después de todo, si el gobierno chino puede nombrar obispos, otros gobiernos podrían esperar hacerlo también.
«Estamos muy preocupados porque parece que el Vaticano va a hacer un muy mal acuerdo con China», dijo Zen a LifeSiteNews. «Yo comprendo que el Papa ve la situación con ingenuidad... Él no conoce a los comunistas chinos, pero lamentablemente las personas que lo rodean no son buenas en absoluto, tienen ideas muy equivocadas y me temo que pueden vender nuestra Iglesia clandestina, y eso sería muy triste».
Un acuerdo así «daría demasiado poder de decisión al gobierno» y sacrificaría los principios de la Iglesia. El Papa Francisco, teniendo sólo la última palabra [respecto a aceptar o rechazar candidatos] «no puede detener un mal procedimiento», dijo Zen, porque los únicos candidatos al episcopado que el Papa podría aprobar ya habrían sido previamente elegidos y examinados por los comunistas.
«Los católicos chinos no tienen libertad de expresión desde la clandestinidad», explicó Zen. «La gente que viene de China para verme, todos dicen, “por favor, debes levantar la voz, no podemos quedarnos sin decir nada”, porque tienen libertad para hablar, así que yo sí sigo hablando, pero parece que ellos [la Santa Sede] no escucha, o no les gusta escuchar».
Algunos funcionarios de la Santa Sede consideran que «los clérigos, los fieles», son «alborotadores», dijo. Y el Papa tiene un fuerte deseo de unidad y paz, pero es «bastante ingenuo» acerca de la naturaleza del gobierno chino.
Respecto a la reunión del cardenal Zen con el Papa hace dos años
«Me escuchó muy cuidadosamente durante 40 minutos», dijo Zen. «Parecía estar muy de acuerdo conmigo, así que no sé qué va a pasar».
Dijo que escribió al pontífice «muchas cartas ... Pero luego no responde mis cartas».
«Lo que podemos hacer es orar», dijo Zen. «Creemos en el poder de la oración».
Vaticano da instrucciones confusas a la iglesia subterránea
Zen, ex profesor de seminario que habla mandarín, cantonés, chino, inglés, italiano y latín (y puede leer francés), no es bienvenido en su China natal.
«Me dijeron, “no vengas a menos que sean invitado”», se rió.
Zen dijo que bajo el papa Emérito Benedicto XVI, había una comisión vaticana que examinaba la cuestión de las negociaciones del Vaticano con China. Pero una vez que el Papa Francisco tomó el poder, «simplemente desapareció». «Muchos [miembros de aquella comisión] son muy competentes y conocen la realidad» sobre el comunismo en China.
La iglesia clandestina en China no está en buena forma, dijo Zen, y esto se debe en parte a las instrucciones confusas que sus clérigos han recibido del Vaticano.
En la diócesis de Baoqing, por ejemplo, la vida como católico en la clandestinidad es «muy dura».
«Tanto el obispo como el obispo auxiliar estuvieron en prisión durante muchos años», dijo. Pero entonces, «el gobierno le dijo al obispo auxiliar en la cárcel: “bueno, usted puede salir, y le permitimos funcionar como obispo”. Y él [pidió] instrucciones de Roma», dijo Zen.
Roma le dijo que siguiera adelante y trabaje como obispo con la aprobación del gobierno. Lo hicieron «sin consultar a la comisión, sin consultar a nadie».
«Ese fue un gran error», afirma Zen. «Primero que nada, no puede ser el obispo, sino el obispo auxiliar» ya que el verdadero obispo sigue en la cárcel. Esto causó confusión entre los sacerdotes que viven en la clandestinidad que no podían aceptarlo».
Ahora este hombre es un hombre sencillo -dijo Zen-. «Estaba en la cárcel por muchos años, así que eso significa que es fuerte, ¿eh ?, pero es un hombre muy sencillo, así que ahora fuera de la prisión, se dejó lavar el cerebro por el gobierno y es parte de la Asociación Patriótica».
«Explicó con una carta» cómo aceptó el deseo del gobierno de ser instalado como obispo «y la Santa Sede aceptó su explicación ... Y luego participó en una ordenación ilegítima de otro obispo, ¡eso es increíble!»
«El problema no es él» dijo Zen. «El es un hombre sencillo, el problema es con el Vaticano, le están dando una instrucción errónea ... el Vaticano causó todo este problema, y le dicen a los sacerdotes: “Tienes que obedecer a tu obispo”. Ellos dicen: “¡No, no es más nuestro obispo, nuestro obispo está todavía en prisión!”»
Sacerdotes de la Iglesia oficial facilitan información al Gobierno comunista
En otra diócesis, después de la muerte del obispo perteneciente a la Asociación Patriótica, algunos de los sacerdotes de la iglesia «oficial» fueron al obispo que vive en la clandestinidad pidiéndole que se les uniera. Roma le dijo al obispo que les diera la bienvenida, lo que causó «consternación en la Iglesia perseguida».
Los sacerdotes clandestinos «no se atrevieron a asistir más» a las liturgias de la Semana Santa con el obispo u otras funciones por miedo a la retribución del gobierno facilitada por estos sacerdotes de la iglesia oficial».
Luego, el obispo «envió a algunos de los sacerdotes del gobierno a algunas de esas parroquias clandestinas y al cabo de un tiempo la policía fue a buscar a los sacerdotes clandestinos de la parroquia y perdieron la parroquia. La Santa Sede no puede ser tan ingenua para creer que puede aceptar a esos sacerdotes oficiales en su diócesis, no puede. Puede tratarlos amablemente, tomar una taza de té juntos, pero no puede integrarlos en su diócesis en la clandestinidad».
Los sacerdotes de la Asociación Patriótica «todavía están bajo el control del gobierno», dijo Zen. «Así que las cosas que para nosotros parecen tan obvias, la Santa Sede no las entiende».
Otros críticos de un acuerdo Vaticano-China señalan que la Iglesia Católica ha sobrevivido y resistido a los gobiernos tiránicos a lo largo de la historia. Si fuera a hacer un trato con el gobierno chino, se recordará como una institución que llegó a un acuerdo con un gobierno opresivo.
«Tengo como principio que nunca criticaría públicamente al Santo Padre», dijo Zen. Por lo tanto, si llega a un mal acuerdo, guardaré silencio. Hasta entonces, sin embargo, el Cardenal Zen me opondré en voz alta.