La Iglesia maronita anuncia el «Año del martirio y los mártires»

El anuncio del "Año del Martirio y de los Mártires" hecho por el Obispo de Batroun me parece un acierto singular, aunque no tanto por los motivos expresados por el Obispo, sino por lo que está por venir.
En efecto, según Monseñor Khairallah, 2017 ha sido dedicado a los mártires en homenaje a la persecución sufrida por los cristianos en Oriente Medio, pero dado que la coalición entre Siria, Rusia e Irán han asegurado la victoria en la guerra contra el Estado Islámico, esa persecución parece tener los días contados.
Aún así, dedicar este año al martirio y a los mártires parece muy acertado porque la crisis desatada en el seno de la Iglesia ha llegado a un punto sin retorno y lo peor está por venir.
Todo hace suponer que en breve esa crisis se convertirá en un cisma de tales proporciones, que los que no estamos de acuerdo con las reformas heréticas seremos acusados de cismáticos y blanco de una persecución que no sólo estará a cargo de la iglesia "oficial", sino también de aquellos países que, por conveniencia, le den la razón a Roma.
Si bien esa persecución afectará a todo el mundo, puede ser mayor en Occidente donde los católicos somos mayoría.

Esa persecución hace ya tiempo que se produce entre los católicos que no dan su brazo a torcer. Pronto se hará patente y la violencia física y psicológica se recrudecerá. Y cuando digo entre los católicos me refiero a muchos lapsi que hace tiempo se pasaron al enemigo y son los primeros en arrojar las piedras.

El mundo necesita creer y lo hará cuando los cristianos sean martirizados. Esa necesidad es la que olvidó Maslow en su pirámide. Ya lo ha dicho Francisco cuando recuerda que en el martirio no hay distinción de credos. Ahí está la verdadera unidad de los cristianos.
-Yo soy de Apolo, yo soy de Pablo, yo soy de Pedro...hasta que llegó Diocleciano y todos fueron de Cristo.