(Fides) El gobierno israelí ha anunciado recientemente sus planes para construir tres mil nuevas viviendas para colonos judíos en los territorios de Cisjordania ocupados por Israel. En las últimas dos semanas, es decir, desde el día de la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, esta es la cuarta vez que el gobierno israelí anuncia programas para construir nuevos asentamientos para los colonos de los territorios palestinos ocupados, mientras se procede a desalojo de unas veinte familias del asentamiento «espontáneo» de Amona, cerca de Ramallah, impuesto a las autoridades políticas israelíes por una sentencia del tribunal Superior de justicia.
Desde el pasado 20 de enero, Israel ha aprobado la construcción de 566 viviendas para colonos en tres áreas de la zona de Jerusalén, y de 5.502 nuevas viviendas en distintas zonas de Cisjordania. El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, ha anunciado el inicio de una «nueva era donde la vida en Judea y Samaria está volviendo a su curso natural».
«De esta manera», dice a la Agencia Fides el padre Raed Abusahliah, Director de Cáritas Jerusalén, «se continúa la política de hechos consumados que desde el principio ha saboteado con eficacia los acuerdos de paz de Oslo. La consigna de los acuerdos de paz fue 'land for peace’, la tierra en cambio de la paz. En 1993, la firma de los acuerdos preveía la retirada de Israel del territorio palestino en tres años. 23 años después, siguen construyendo. Los asentamientos construidos en territorios palestinos son más de 400. Han rodeado Jerusalén y se construye alrededor de Belén, Hebrón, Ramallah, a pocos kilómetros de la casa de Abu Mazen. Viven 650 mil colonos, orientados ideológicamente, para los que Judea y Samaria es la tierra prometida por Dios a ellos, que son el pueblo elegido. Todo esto simplemente significa que la propuesta 'dos estados para dos pueblos' está muerta. Esta es la realidad que tenemos delante».
El padre Raed también hace referencia a los rumores de que la nueva administración de Estados Unidos se dispone a recortar sus contribuciones a todas las organizaciones internacionales que reconocen a pleno título la Autoridad Palestina o la Organización de Liberación de Palestina (OLP): «Si eso sucede», dice el padre Raed, «será la señal de que se aplaude al agresor y se castiga al agredido».