(CNS/InfoCatólica) Monseñor Rubén Tierrablanca González, vicario apostólico de Estambul ha expresado el creciente temor de la población católica en Turquía, luego de los recientes atentados terroristas, que les ha cohibido de asistir a la Iglesia y participar en la Santa Misa.
«Aunque podemos moverse libremente, la gente tiene miedo de venir a la misa y ha habido una caída en la participación», explicó.
«Pero a todas las iglesias se les ha dado guardias policiales desde que se intentó un golpe en julio pasado, y los oficiales de seguridad nos han mostrado una gran bondad. Cristianos, musulmanes y judíos están dialogando juntos y compartiendo las mismas ansiedades, aunque el futuro no depende de nosotros».
El obispo nacido en México habló de cómo un coche bomba mató a cuatro personas y dejó 11 heridos fuera de un tribunal en Izmir, mientras era perseguido por la policía por el ataque del 1 de enero contra el club nocturno Reina de Estambul, que dejó 39 muertos y al menos 70 heridos.
En una entrevista con Catholic News Service, el Obispo Tierrablanca dijo que la Iglesia Católica siendo una minoría en Turquía estaba agradecida de que ningún miembro residente hubiera sido herido o muerto durante las atrocidades.
Agregó que la incertidumbre se había agravado por la extensión del estado de emergencia impuesto por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan después del complot de 15-16 de julio, pero dijo que creía que «no era un momento para criticar los fracasos del gobierno».
«Es un momento difícil, y lo único que podemos hacer es trabajar juntos contra el terror y en favor de la paz; Esto, en lugar de cualquier declaración política, tiene que ser nuestro mensaje a las autoridades turcas», dijo el Obispo Tierrablanca, quien también lidera los ritos católicos bizantinos de Turquía.
«Como participantes en la vida normal de este país, tenemos que enfrentar las dificultades y ser vigilantes, apartando cualquier antagonismo».
El Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque del club nocturno en represalia a la acción militar turca en la vecina Siria. Veysi Kaynak, viceprimer ministro de Turquía, dijo que la policía se está acercando al autor del atentado del club nocturno después de reforzar la seguridad en aeropuertos y cruces fronterizos.
El arzobispo armenio Levon Boghos Zekiyan, presidente de la Conferencia Episcopal Turca, declaró en un comunicado que el terrorismo es «una traición al llamado religioso» y que debe responderse con «unidad en la oración, solidaridad, apertura y ayudas concretas».
Las minorías religiosas desde hace tiempo se quejan de que se les nieguan sus derechos en Turquía, en un contexto donde 75 millones de habitantes son musulmanes sunitas. Las minorías se han enfrentado a problemas para conseguir sacerdotes, establecer asociaciones y obtener permisos de construcción.
Durante una visita de noviembre de 2014, el Papa instó a una mayor tolerancia hacia los cristianos, incluida la Iglesia Católica.