(El Nacional/InfoCatólica) Para la Iglesia Católica en Venezuela, 2016 ha sido un año de dificultades y cargado de angustias. Los obispos afirman que dentro de los asuntos urgentes que quedaron para 2017 figura la libertad de los presos políticos venezolanos.
«Pedimos la liberación de los presos por hechos conexos con actividades políticas. Tanto el Poder Judicial como el gobierno tienen instrumentos legales y constitucionales para poner en libertad inmediata a la mayoría de esos ciudadanos, más de un centenar, que sufren una prisión injusta. Aunque estuvieran presuntamente incursos en delitos, todos ellos deberían ser procesados en libertad, tal como lo dispone el Código Orgánico Procesal Penal», indicaron el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, y los obispos auxiliares Jesús González de Zárate, Tulio Ramírez Padilla, José Trinidad Fernández, Enrique Parravano y Nicolás Bermúdez.
En un mensaje conjunto, que será leído en las misas del 1° de enero cuando se celebra la Jornada Mundial de la Paz, señalan que deben reconocerse las facultades constitucionales del Parlamento, actualmente bloqueada por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. «No respetar a la Asamblea configura una situación real de dictadura por desconocer la voluntad popular expresada en diciembre de2015».
Abogan por que se permita el ejercicio de la potestad electoral de los ciudadanos a través del referéndum revocatorio, o de otras elecciones, para resolver la crisis: «El 6 de diciembre de 2015 el pueblo indicó mayoritariamente no estar de acuerdo con el actual gobierno».
El cardenal Urosa Savino y los obispos auxiliares llaman a una concertación. «El diálogo entre el gobierno y la oposición, que fue un motivo de esperanza para amplios sectores del país, está seriamente cuestionado. Independientemente del futuro de ese diálogo, debemos tener presente que el pueblo exige la paz, seguridad personal, convivencia social, y condiciones que permitan trabajar y vivir en tranquilidad. Esto solo puede darse con el concurso de todos», expresaron.
Los representantes de la Iglesia creen preciso que se evite la violencia social como el vandalismo y saqueo que se provocó, y el gravísimo caos y dolor que se causó, especialmente a los más pobres, con la desacertada medida de sacar de circulación los billetes de 100 bolívares. Mientras no haya otros billetes y monedas que los sustituyan, es absolutamente necesario mantener la validez de estos billetes.
Denuncian que muchos ciudadanos tuvieron que hurgar en la basura para conseguir comida: «El sufrimiento de millones de venezolanos reclama al gobierno la necesidad de resolver la gravísima crisis alimentaria y de medicamentos, y que tiene su causa en la aplicación de un sistema económico errado, el totalitarismo socialista que adscribe al Estado el control total de la economía».
El cardenal Jorge Urosa y los obispos auxiliares de Caracas se hacen eco del mensaje del papa a los gobernantes y los católicos del mundo para el 1° de enero. En este sentido, llamaron a procurar la convivencia pacífica en las familias y en las comunidades.
«Que se castigue la delincuencia que causa tanto dolor, pero hay que evitar y sancionar los inaceptables abusos cometidos por funcionarios de cuerpos de seguridad del Estado en las llamadas Operaciones de Liberación del Pueblo, como las masacres ocurridas recientemente en Cariaco y Barlovento. Que la vida política transcurra civilizadamente en una dinámica no violenta de entendimiento, de aceptación de la voluntad del pueblo, de búsqueda de soluciones», exhortaron.
Cambio de dirección
Monseñor Ovidio Pérez, obispo emérito, afirmó que el gobierno se burló del Vaticano y de la gentileza del papa hacia Venezuela, a través de una mesa de diálogo que, hasta ahora, no tiene resultados efectivos. Exhortó a formar un gran frente nacional de partidos, organizaciones e instituciones de la sociedad civil para trabajar por el cambio profundo que requiere el país.
«El país necesita otra dirección, un gobierno para todos y no para un sector. No un gobierno de corte socialista y totalitario. Que haya un nuevo gobierno que no amenace, que no empobrezca, que no exilie, que no angustie y que cumpla la Constitución y las normas elementales para el funcionamiento de un Estado de Derecho. El gobierno debe respetar al pueblo; no se pueden exponer situaciones de cinismo que señalan una alegría ficticia delante de un país que sufre», enfatizó Pérez Morales.