(LifeNews/InfoCatólica) Una demanda presentada en Manhattan la semana pasada pone de manifiesto la frecuencia con que las mujeres son presionadas para que aborten a sus hijos no nacidos en contra su voluntad.
Ese es también el caso de Elmira Naymark, de 32 años, que afirma en su demanda que su ex novio, Ron Ozer, de 29 años, trató de sobornarla con 75.000 dólares para abortar a su hija por nacer.
Naymark dijo que ella y Ozer, un adinerado administrador de portafolios de Nueva York, salieron por aproximadamente 2 años y medio. Ella dijo que él le compró pendientes de diamante y la llevó a viajar a través del mundo; Él también la presentó a sus padres y la propuso casarse con ella.
Sin embargo, afirmó que cuando quedó embarazada su actitud cambió. Naymark dijo que Ozer le instó a «tomar una píldora» y «llamar a la clínica» para tener un aborto, pero ella se negó. Más tarde, uno de los amigos de Ozer se acercó a ella con una oferta de 75.000 dólares si abortaba al bebe.
A pesar de la presión que sufrió y el intento de soborno, Naymark eligió la vida para su hija. Sin embargo, dijo que está luchando financieramente porque Ozer no ha pagado manutención.
En la demanda, pide una prueba de paternidad y la custodia completa de su hija. Ella también quiere que Ozer pague manutención para crear un estilo de vida que sea para su hija «proporcional con su inmensa riqueza», y eso incluye la matrícula de la escuela privada, el dinero para el campamento de verano y una póliza de seguro de vida de 5 millones de dólares que incluya a Naymark y a su hija como beneficiarias.
Casos similares
Si los motivos de Naymark son financieros o puramente para el beneficio de su hija, sus alegaciones no son infrecuentes. Las mujeres frecuentemente reportan sentirse presionadas o coaccionadas para abortar.
Un estudio de 2004 en el Medical Science Monitor encontró que el 64% de los abortos son coaccionados, típicamente por el compañero masculino. Otro estudio encontró que el 50% de las mujeres que tuvieron abortos dijeron sentirse presionadas por su pareja, padre u otra persona significativa en su vida. Las víctimas del tráfico sexual también informan que sus abusadores frecuentemente las obligan a tener abortos.