(ZENIT/InfoCatólica) El papa Francisco entregó hoy en el Vaticano el «Premio Ratzinger». Los galardonados fueron Monseñor Inos Biffi y el profesor Ioannis Kourompeles.
Monseñor Inos Biffi es catedrático emérito de Teología sistemática y de Historia de la teología medieval en la Facultad Teológica de Italia Septentrional, profesor de las mismas materias en la Facultad de Teología de Lugano, miembro de la Pontificia Academia de Teología, presidente del Instituto de Historia de teología medieval de Milán y director del Instituto de Historia de la teología de la Facultad de Teología de Lugano.
El Profesor Ioannis Kourompeles nació en Atenas en 1965. Estudió Teología en las facultades teológicas de Tesalónica, Erlangen y Heidelberg. Enseña Historia de los dogmas y Teología dogmática y simbólica en la Facultad de Teología de la Universidad Aristóteles de Tesalónica. Es el primer ortodoxo que recibe el Premio Ratzinger.
La ceremonia de entrega del galardón del premio instituido en el 2011 por la «Fundación vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI» se realizó en el Sala Clementina del Palacio Apostólico.
El Papa recordó que el Jubileo de la Misericordia apenas concluido «nos ha recordado muchas veces que la misericordia está en el corazón del ‘protocolo’ con el cual Jesús dice que seremos juzgados: Tuve hambre y me han dado de comer, tuve sed y me dieron de beber…’» (Mt 25,35).
El Papa abordó así el tema de la escatología, vale a decir la reflexión que se interroga sobre el destino último del ser humano y del universo. Y señaló que el tema de la escatología «es fundamental cuando se reflexiona sobre el sentido de nuestra vida y nuestra historia, sin quedarnos cerrados en una impostación materialista o de todos modos intramundana».
A este respecto el Papa agregó:
«Sabemos que el tema de la escatología ha ocupado un lugar muy importante en el trabajo teológico del Prof. Joseph Ratzinger, durante su actividad como prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe y también en su magisterio durante el pontificado». Y citó en este sentido la encíciclica Spe Salvi, por las «profundas consideraciones sobre la via eterna y sobre la esperanza».
Añadió que «la profundidad del pensamiento» del papa emérito «nos ayuda a permanecer abiertos al horizonte de la eternidad, dando así sentido también a nuestras esperanzas y a nuestros empeños humanos». Porque su pensamiento «es un magisterio fecundo que sabe concentrarse sobre referencias fundamentales de nuestra vida cristiana» como lo son «la persona de Jesucristo, la caridad, la esperanza, la fe». Motivo por el cual «toda la Iglesia le guardará gratitud por siempre».
El papa felicitó también a los organizadores del Simposio internacional sobre el tema de la Escatología que se acaba de realizar en la Universidad de la Santa Cruz, y concluyó hoy en el Agustinianum, con la exposición del cardenal Gianfranco Ravasi.