(Portaluz/ Solidaridad. ABC) Casi un siglo después de que Rusia se convirtiera en el primer país del mundo en legalizar la matanza de seres humanos en el vientre de sus madres mediante el aborto, emerge con fuerza inusitada el debate sobre la prohibición o limitación de una práctica plenamente normalizada en esa sociedad, cuna del ateísmo militante.
El Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, abrió la discusión al firmar una petición para prohibir totalmente el aborto en el país, un texto promovido por dos organizaciones pro-vida y religiosas que ya ha recabado 300.000 firmas.
Varias organizaciones han iniciado este domingo una campaña de recogida de firmas para prohibir el aborto en Rusia, donde el número de casos es mucho mayor que en los países occidentales.
Estadísticas y realidad
«Según datos oficiales, anualmente en Rusia se producen 700.000 abortos, aunque las cifras no oficiales hablan de más de cinco millones anuales», han explicado los organizadores de la iniciativa, entre los que podemos señalar a la asociación «Voluntarios ortodoxos», «Por la vida» o «Mujeres por la vida».
La campaña, que comienza en las iglesias, contará con la participación del patriarca de la Iglesia Ortodoxa, Kirill, quien ha apoyado la iniciativa de prohibir «asesinar legalmente a los niños antes de su nacimiento».
En tan solo un día, ya son más de 300.000 las personas que han firmado la petición, y el objetivo es llegar al millón y presentárselas posteriormente al Gobierno central.
Los peticionarios exigen la introducción de enmiendas legales que reconozcan a los embriones «el estatus de ser humano, cuya vida, salud y bienestar debe ser protegida por la ley». Asimismo, llaman a prohibir terminantemente los abortos, sea a través de la ingestión de fármacos o por la vía quirúrgica.
Cabe señalar que pese a los estrechos vínculos del patriarca con el Kremlin y el programa de promoción estatal de la natalidad para combatir el alarmante envejecimiento de la población, hasta ahora el gobierno ruso se ha negado a prohibir el aborto o a retirarlo del sistema de seguro médico obligatorio.
Según la legislación vigente, el aborto es libre y gratuito hasta las 12 semanas de la gestación, y sólo está sujeto «a la voluntad de la mujer».
El plazo se amplía hasta las 22 semanas «en caso de enfermedad grave, viudedad, minoría de edad, pérdida de trabajo o vivienda, falta de recursos económicos para mantener al niño, violación» y otra media docena de supuestos.