(La Nación) Una de ellas es la basílica de San Benito, construida en el siglo XIV y dedicada al fundador de los benedictinos San Benito de Nursia, como se conocía la ciudad en la época romana. Hoy, aunque la fachada gótica resistió al sismo, es lo único que queda en pie: el pórtico y la torre se derrumbaron.
Imágenes de televisión mostraron monjas saliendo apresuradamente de su iglesia hacia la plaza principal en Nursia mientras la torre del edificio parecía estar a punto de caer. Más tarde, monjas y curas rezaron juntos en la plaza entre los escombros.
«Es como si se hubiera derrumbado toda la ciudad», dijo la funcionaria municipal Gouseppina Perla a la prensa.
Norcia, la más cercana al epicentro del sismo, es la población donde nació San Benito, el padre del monasticismo, y sufrió muchos terremotos a lo largo de su historia. La basílica se alzaba sobre el sitio donde nació Benito.
El temblor también afectó a la catedral renacentista de Santa María Argéntea, buena parte de la cual también se vino abajo.