(RV/InfoCatólica) Estas fueron las palabras del Santo Padre:
«En estas horas dramáticas, soy cercano a la entera población de Irak, en particular a aquella de la ciudad de Mosul. Nuestros ánimos han sido sacudidos por los terribles actos de violencia que desde hace demasiado tiempo se están cometiendo en contra de los ciudadanos inocentes, tanto musulmanes como cristianos. A la palabra solidaridad se une el asegurar mi recuerdo en la oración, para que en Irak, aunque si está siendo duramente golpeada, sea fuerte y firme en la esperanza para que pueda dirigirse hacia un futuro de seguridad, de reconciliación y de paz. Por esto pido a todos ustedes unirse a mi oración».
Previsamente el Papa habló sobre el encuentro de Cristo con la mujer samaritana, en el que «Jesús entra progresivamente en su vida y le da la posibilidad de expresarse. El diálogo entre ellos se revela como un acto fundamental para encontrar la misericordia divina».
El Pontífice aseguró que «el diálogo permite conocer, entender y acoger las exigencias de cada persona; es expresión de caridad para buscar el bien común; nos coloca delante del otro viéndolo como un don de Dios, que nos interpela y ayuda a humanizar nuestras relaciones y a superar los desacuerdos; nos da la ocasión para escucharnos recíprocamente y resolver los inconvenientes que se presentan».
Y finalmente afirmó que «la Iglesia necesita del diálogo para comprender las necesidades y anhelos que están en el corazón de los hombres y las mujeres de cada tiempo, y poder salir a su encuentro con una palabra de esperanza. En este diálogo constante, la Iglesia descubre la verdad profunda de su misión en medio del mundo y contribuye a la construcción de la paz.