(Actuall) A pesar de ser una de las universidades católicas más importante de Estados Unidos y respaldar en su programa que la vida de los seres humanos comienza desde la concepción, ha decidido que estos carteles provida no pueden exhibirse por los pasillos universitarios.
Alega que su intención es proteger a los estudiantes de la «intolerancia», bajo la excusa de «la libertad de expresión».
El vicepresidente del grupo universitario que lo ha promovido, John Minster, fue el encargado de diseñar el cartel provida, y según informa The Daily Wire, han seguido todos los protocolos para que se aprobara el proyecto antes de que se colgara en el campus.
Además, el cartel es meramente informativo y con él, pretenden promover la cultura provida y anunciar sus reuniones semanales.
Minster ha criticado la incoherencia de la carta enviada por el padre Holtschneider a todo el campus en la que explica las razones por las que se opone a los carteles.
Dice Holtschneider en su misiva:
«debido a nuestra naturaleza, estamos comprometidos argumentar y a explorar cuestiones importantes que pueden ser polémicas (…). Sin embargo, en muchas ocasiones el discurso supondrá un reto para nuestros valores católicos y vicentinos. Cuando eso sucede, veréis que nos negamos a permitir que los miembros de nuestra comunidad sean sometidos a la intolerancia que se produce bajo el amparo de la libertad de expresión».
Según el rector Holtschneider, el cartel provida provoca a los miembros del grupo «Black Lives Matter», que ensalza la violencia.
Holtschneider sostiene que «muchas personas dirán que estoy censurando injustamente el cartel provida porque trato de apaciguar a la multitud, y no puede estar más lejos de la verdad».
Sin embargo, los promotores de los carteles provida consideran este acto una hipocresía ya que los pasquines de «Black Lives Matter» si están colgados de las ventanillas de sus oficinas. Minster proporciona una fotografía del Centro de Identidad, Inclusión y Cambio Social luciendo este cartel.
Minster critica la gestión administrativa de la universidad DePaul por acobardarse ante la izquierda intolerante del campus y censurar los derechos de los estudiantes que comulgan con el ideario del centro.
«Una vez, a la universidad se le ha visto el plumero. En lugar de defender a los grupos provida y a la libertad de expresión, la administración ha doblado la rodilla ante los radicales de izquierda, prohibiendo nuestro discurso a pesar de tener un mensaje provida.
Estas violaciones de los derechos de los estudiantes son la razón por la que organizaciones como la Fundación para los Derechos Individuales en la Educación han afirmado que la Universidad DePaul es la peor escuela para la libertad de expresión de la nación. Por desgracia, la administración está demostrando que tienen razón».